Debió ser publicado el 13/02/17. En Puños no hay luz desde el domingo
12.
Cuando en el calor del deporte, una decisión arbitraria y sospechosa
desborda los ánimos de los hinchas y sus autoridades, a tal punto que ni el aniversario del dueño de la casa se respetada, y terminar
en una gresca jamás vista hasta ahora. La revuelta de los puñosinos empeñó el
196 aniversario de la provincia de Huamalíes, ¿el detonante?, los lóbregos
intereses de los alcaldes de centros poblados de Llata y la complicidad o
negligencia de la comisión organizadora, que pagaron caro, solo salvando el
pellejo dos actores principales.
El equipo de Puños, que iba a disputar la final y que desató la airada protesta de puñosinos - Foto: MDP |
Por Yonel Rosales
Todo iba bien, aparentemente. Con alegría,
como se festeja el aniversario de mamá o papá con los hijos reunidos, se
celebraba el 196 aniversario de la provincia, conforme lo programado por la
Municipalidad Provincial de Huamalíes.
Este iba a ser un golazo a favor del alcalde Ciro Trinidad Rojas, claro, con
algunos disgustos y el derecho a la pataleta del perdedor que siempre habrá.
El campeón de la expectante organización se iba a conocer en la final del
campeonato de fútbol interdistrital el sábado 11 por la tarde, y el festejo se extendería
con una serenata hasta las últimas consecuencias, para que al día siguiente, casi
todos resaqueados, desfilen el domingo 12. No obstante, los ambiciosos
intereses y la complacencia de la comisión organizadora, alistaban una
sorpresa: hacer estallar la ira de los puñosinos, cual adelanto de las
bombardas del castillo que en la plaza de Llata.
Sospechosa votación
De acuerdo a la versión del
delegado de la selección de Puños, Leoncio Ceferino Trujillo. La arbitrariedad
de la comisión organizadora, liderada por uno de sus integrantes, William Collazos
venía desde la primera fase. En el primer
partido entre Miraflores y Arancay, este último perdió, pero los perdedores
observaron a los miraflorinos por sus jugadores que no habrían sido todos de la
localidad. Pese a que las bases del campeonato establecían, que un debía
ser eliminado por incumplir las reglas; ya para la segunda fase, “cuando
tuvimos la reunión de delegados, no sé cuál habrá sido el motivo, su intensión
o qué finalidad habrá tenido el señor Collazos, porque él hizo aparecer la
propuesta de que sí o sí Arancay debía pasar a la segunda fase. Desde ahí
empieza las fallas”, afirmó el también regidor de la Municipalidad Distrital de
Puños, Leoncio.
Los delegados reunidos se opusieron
a la propuesta, puesto que de los dos equipos, Miraflores y Arancay, solo uno
debía pasar a la segunda fase. No obstante, Collazos habría insistido en que su
propuesta se someta a votación a mano alzada, donde perdió. Como Collazos nunca se contenta y siempre
tiene que ganar, insistió que nuevamente se vote, pero en secreto, “con
papelitos”, y esta vez ganó. Ambos equipos pasaron a la segunda, jugaron
nuevamente, en el que Arancay perdió otra vez.
Tres partidos ganados
La situación fue distinta con
Puños, había pasado todos los filtros de evaluación a sus jugadores. Ganó al distrito de Punchao, también a los
aguerridos de Tantamayo, sin ninguna observación. En el tercer partido, al
confiado equipo de los alcaldes de centros poblados de Llata, también, Puños
ganó dos a cero. La piconería, más que todo la inversión y el lucro, sobrepasa
a aceptar la derrota, el delegado del equipo perdedor de Llata, los alcaldes de
centros poblados a la cabeza de Medrano y “toda su manada”, como los llama
Ceferino, descalificaron a un jugador de
Puños. “A un neto puñosino, al joven Carhuapoma Raymundo, lo observaron por
supuestamente jugar con nombre falso. Al final demostramos que estaban
equivocados, luego vinieron con otra observación a otro jugador”, narró el
delegado puñosino. Esta última cuestión
fue hecha por uno de los árbitros, que se supone es neutral.
Mientras esta discusión se daba en
la mesa, los jugadores de Miraflores y Puños ya estaban en la cancha,
calentando, siendo alentados, atendidos. Cuenta el primer regidor, Roberto
Caqui Meléndez, correteaba en busca de plátano, para dar a los jugadores y
evitar su cansancio, los aguateros con su mate de coca, especialmente para los
refuerzos foráneos, seis según permitía las bases. Sin embargo, cuando los finalistas esperaban el pitazo de inicio del
partido, en la mesa obligaban al delegado de Puños a firmar el acta de
perdedor. “Al final nos querían dar el tercer puesto. Pese a que Puños
había ganado tres partidos, Miraflores a un solo equipo, le habíamos ganado 2 a
0 a Llata. Sí o sí. Los llatinos siempre han sido centralistas, así observando,
bambeando a los jugadores, si no pueden así, amarrándose con los árbitros.
Muchas cosas. Siempre Llata, recuerdo, desde que fui niño, siempre nos ponían
trabas, querían ganar, ganar, ganar”, afirma, Leoncio Ceferino. Y razón no le
falta, pues que el árbitro se sume a las observaciones, demuestra que no era
neutral.
La patada del “Gato” y el gimoteo de Medash
Afuera, el público ya perdía la
paciencia, solo esperaba el detonante. Los puñosinos querían ver campeón a su
equipo que ya estaba en la cancha. Los Miraflorinos, igual, y los llatinos solo
querían observar un buen espectáculo, y demandaban a los nueve alcaldes de los
centros poblados aceptar su derrota. Media hora de espera, ya era las cinco,
una hora más, y empezaba a atardecer, sin solución. Los ánimos de los
espectadores estaban caldeados. Cual
cuys enjaulados, los miembros de la comisión, y los que estaban dentro de la
cancha, no eran permitidos salir por el enfurecido público.
Un partido aparte jugaban los
hinchas, con insultos y griteríos cada vez más ofensivos, a la espera que
alguien tire la primera piedra. Otilia Ocaña Pablo, había ido a alentar a su
equipo, con un bebé cargado a la espalda y otro de la mano. Un sujeto ebrio,
apodado “Gato”, de quien solo sabemos su nombre, Gomer, vino a callar a Otilia
con insultos soeces, aludiendo el sexo oral. “Gato”, no pudo callarla con sus insultos, y quiso botarla a patadas.
Las patadas del “Gato” no gustaron a un respetable caballero y a los otros, que
le dieron su tunda al insolente, y el esperado detonante prendió.
La hinchada perdió la paciencia y desató la revuelta - Foto: MDP |
La caída del castillo
Puñosinos y miraflorinos, además de
una mayoría llatina, se habían unido a la causa de la final del juego, truncado
por la perniciosa ambición de los alcaldes de los centros poblados. A estas
alturas, el delegado y regidor de Puños, Ceferino Trujillo, se pregunta, “¿para qué querían ganar a toda costa los
alcaldes, cómo se iban a repartir el premio de una losa deportiva, por pedazos
o se iban a sortear o querían repartirse la plata?”, y la respuesta llega
por sí sola, había una inversión en el alquiler de jugadores. Y la inversión es
para el lucro, a diferencia de los distritos que aspiraban construir una losa.
No contentos con el desastre en el
estadio de Llata, la turba descontrolada, se dirigió a la plaza de armas de la
capital de la provincia. Donde ya se
libaba y bailaba los prolegómenos de la serenata por el 196 aniversario de
Huamalíes, se paró en frío, al ver el ingreso airado de los puñosinos,
reforzados con los danzantes de San Juan de Querosh. Gritándoles esta noche
no habría fiesta, los de la banda de músicos fueron los primeros en correr en
busca de refugio. Destrozaron los arreglos del escenario, amenazaron a los
dueños del equipo, si no se iban con sus parlantes, tendrían una cuantiosa
pérdida y se fueron. El castillo, de las bombardas y luces, cayó, destruida por
la furia de los frustrados campeones.
Un fiscal, subidito en peso, quiso
advertir a la turba, de las consecuencias de sus actos. Pero tan pronto como
lanzó su advertencia fue apabullado por el griterío y las amenazas al revés. Al
menos tuvo mejor suerte, no pueden decir lo mismo los policías apedreados, los
siete fueron rebasados por la cantidad de manifestantes, obligados a cerrarse
en sus cuarteles de invierno, ya ni se aparecieron en la plaza a tratar de
controlarlos. Solo la oportuna intervención del alcalde de Puños, Nilson Pablo Roque, que denunció le exigían
20 mil soles para entregarle el premio. Calmó los ánimos, con la promesa de que
habrá losa de todos modos para el distrito.
Los viejos lo advirtieron
De acuerdo a las evocaciones de las
personas mayores, hubo un incidente similar, pero más pequeño de los jugadores
de Record, hace muchos años. Sin las consecuencias que este mal manejo dejó. La
apuesta del todo por el todo de los acaldes de centros poblados, al final, el
tiro les salió por la culata. Si bien
son afines al alcalde Ciro Trinidad, como diría el filósofo Chavo del Ocho, sin
querer queriendo, empañaron la celebración que organizó con motivo del
aniversario de Huamalíes, pues al día siguiente, en el desfile de
delegaciones, no se presentaron la mayoría de los distritos. Solo la ejemplar
presencia de Tantamayo, por supuesto que Puños no se presentó.
Estas son sus consecuencias, sin
entrar en detalles de los daños materiales y heridos. Hablan de cuatro policías
heridos, lo cierto es que la señora Gladys Carhuapoma, resultó con la cabeza rota, 7 puntos tuvieron
que coserla. Como vaticinaron los viejos del pueblo, la víspera del campeonato,
cuando chacchaparon las hojas de coca en la oficina del alcalde, algo va pasar,
todo está bien, pero al finalizar algo pasa, porque la coca pica. Acertaron.
OPINIÓN CORTA. Estoy en contra de estos encuentros deportivos en el
que prácticamente más de la mitad, seis de once, sean refuerzos. Cuando lo
correcto debería ser el encuentro deportivo de los natos, la promoción de
nuestros talentos. Para tratar de evitar los engaños con jugadores foráneos,
quizás se deba pedir las partidas de nacimiento de los jugadores, porque un DNI
se cambia en un par de días. La revisión de los documentos, debería ser con
mucha anticipación y con un punto claro en la base, de resultar culpable de
falsear documentos, por muy campeón que resulte, pierde el juego. Pero todo
esto nos evitaríamos si jugáramos a lo legal, si fuéramos un poco más honestos.