Después de su larga ausencia y sus vacaciones en Estados Unidos, a donde acudió a superar su derrota ante PPK, la excandidata Keiko Fujimori, dio la cara, no para por fin reconocer el triunfo del actual presidente de la república, sino para meter la pata, y de paso consciente o inconscientemente gritarle perdedor a su papá Alberto Fujimori, por padecer la enfermedad de la depresión.
El japonés Kenya Fujimori y su hija Keiko - Foto: El Comercio |
Escrito por Yonel Rosales
Hasta el más prestigioso hospital de enfermedades mentales del país, Larco Herrera y otras instituciones que estudian la enfermedad de la depresión, tuvieron que salir a corregir a la excandita Keiko, de que la depresión no es para los perdedores, sino que es una enfermedad que cualquier ciudadano de a pie puede padecer este mal. Sin embargo hasta la fecha no se retractó la hija del reo fujimorista.
“Decían y especulaban: 'está deprimida'. ¿Depresión? ¡No me conocen! ¡Jamás! Eso es para los perdedores. Y yo no me siento perdedora”, declaró la dos veces perdedora de las elecciones presidenciales del 2011 y 2016, sin tener piedad de la condición de su padre Alberto Fujimori, quien como se recuerda sufrió una grave crisis de depresión, su hermano Santiago Fujimori afirmó en febrero del 2013 que la depresión “lo está corroyendo”. Fujimoristas utilizaron la enfermedad depresiva para solicitar el indulto humanitario, porque incluso podía llevarlo al suicidio al japonés Alberto Kenya Fujimori. ¿Qué pasó, Keiko Fujimori se olvidó de papá?, porque en base a lo que dijo de la depresión en su airado discurso, prácticamente ella calificó de perdedor a su papá, por sufrir depresión.