De tanto estirar la pita, ups, se rompió y todavía no sabemos las consecuencias que traerá en el país - Fotos: El Comercio y La República |
Por Yonel Rosales
El mismo sector que vendía la
justicia a su antojo en el 2018, caso probado con los audios de la corrupción,
ese mismo grupo político sigue en la lucha por volver a controlar el sistema judicial.
No por gusto las películas repiten cansinamente la lucha entre el bien y el
mal. Así como cuando un grupo de fiscales honestos expusieron la hedionda
madriguera en las altas cortes, ahora una fiscal, Marita Barreto, a quien no le
importa el color político ni cree que le debe el favor por su designación, puso
al descubierto cómo la FN es un gran engranaje de la máquina del mal que se
apodera de las instituciones fundamentales para seguir en lo mismo.
No se trata de izquierdas o
derechas, de caviares o conservadores. Se trata de personas que anteponen el
bien común, el interés de todos. Ese papel cumplió tanto la fiscal Marita Barreto
como el coronel Harvey Colchado cuando con dedicación investigaban al entorno
corrupto del expresidente Pedro Castillo, y los seguidores de este, los
descalificaron. Ahora último, cuando fueron por la presunta organización
criminal de la FN, el bando de la derecha salió igualmente a insultarlos, o lo
que ellos creen que es insultar, llamándolos caviares. Cuando los planes
ilícitos de la mafia política fracasan o les critican por sus intenciones o no se
suman a ellos o simplemente no se callan, la culpa es de los caviares.
Queda claro que los caviares son personas que ponen por encima de los intereses
particulares el beneficio común. Caviares = personas que se enfrentan a la
corrupción.