Qué duda cabe que los “pastores evangélicos” están jugando su
partidito político utilizando sus “santas iglesias” para cerrar filas con
candidatos que son totalmente contrarios a lo que pregonan como moral y ética
cristiana. Promueven la candidatura de Rafael López Aliaga, quien simboliza
el odio y no el amor de Dios ni de Jesús. Lo sé porque varias personas asiduas
a los llamados “cultos”, me sugirieron votar por el candidato apodado Porky,
que en nuestro español y por la imagen del cerdo, es el Puerco. La buena noticia es que su candidatura ya
está de bajada, luego de su vergonzosa presentación en el debate, sin embargo,
llama la atención la hipocresía de los llamados hijos de Dios, que fueron
conquistados por “la Bestia”. Y preocupa el número de congresistas que pondrá.
El que se la daba de machito, haciéndose la pichi en el debate presidencial - Imagen: Internet
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EL GOYO SANTOS DEL 2016
Por Yonel Rosales
En la serranía, en la ruralidad, tienen
fama ganada los denominados “evangélicos” como personas rectas, libres de prácticas
amorales. Como para librarse de dudas y
cuestionamientos sobre su persona, suelen acotar “él es o soy evangélico (a)”. Cuando
finalmente comprueban su mal proceder, todavía remarcan, “¿así es evangélico?”.
¿Me dejo entender? En la idiosincrasia de cierto sector, un evangélico es
equivalente a santo, que sigue las palabras de Dios al pie de la letra. Por su
puesto que yo, todas las veces que me plantearon esa condición de discernimiento,
no fui contemplativo con los beatos, sean evangélicos o católicos. Generalmente
usan su biblia solo para darse golpes de pecho y seguir haciendo el mal al prójimo,
porque Dios, dicen ellos, siempre les perdona y vuelta a las andanzas.
Las últimas líneas anteriores,
ahora se pueden notar, ya no en casos anecdóticos, sino en un grupo poblacional
más amplio. De religiosos asiduos de todas las tendencias, católicos,
cristianos, evangélicos y demás yerbas del campo. Quienes pregonan y dicen guiarse por el amor de Dios, no han tenido el
recato de asirse a un candidato como el Puerco, que maneja un discurso de odio,
discriminador, mentiroso, fascista, hipócrita, cobarde, difamador, etc. Con
la salvedad que lo ajusta a la fe, al culto a Dios. ¿Este candidato no es el anticristo,
la bestia bíblica, que de niño me asustaba cuando escuchaba las disquisiciones
de los adultos? ¿Cómo es que quienes dicen ama al prójimo, que la biblia manda,
terminarán votando por un tipo que promueve el odio?
“Esta bestia va a “hacer guerra
contra los santos” y “vencerlos”. Esta bestia tendrá el poder de matar a todos
aquellos que no la adoren”, esta cita que corresponde a Apocalipsis Cap. 13, lo
encontré tratando de informarme sobre la bestia bíblica. Si repasamos el discurso de odio del candidato Rafael, devela que es lo
más cercano a la bestia en persona, que ha cautivado a los más dogmáticos
creyentes.