“Vamos a dar la sorpresa. Ganaremos en primera vuelta”, dijo el candidato
de Perú Libre (PL), Pedro Castillo. ¿Es tal su nivel de optimismo o es
infantilismo? El optimismo tiene que pisar algo de tierra y luego no hacer
el ridículo con los magros resultados. Qué duda cabe, sí tendrá su bolsón de
electores, sobre todo del sector magisterial y la izquierda radical, lo digo
con respeto. Pero eso no basta, y el único papel que juega en estas elecciones
será el mismo que hizo Goyo Santos en el 2016, siendo el servidor de la derecha
bruta y achorada (DBA).
¿Dos cajamarquinos destinado a cumplir el mismo servicio a la derecha? - Foto: Internet |
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Por Yonel Rosales
Existen coincidencias programáticas
entre la propuesta de Pedro Castillo y Vero Mendoza, pero la alianza que se tejía,
en la elección pasada, entre Juntos por el Perú (JP) y PL se cayó. La sentencia por corrupción contra el dueño
de PL, Vladimir Cerrón, sus declaraciones infelices contra la comunidad LGTB,
su defensa cerrada del dictador Maduro,
espantó a personalidades como Glave, Indira, Pariona, y dividió la
organización de Verónika. Más el cargamontón de la gran prensa, echándonos
al saco de los corruptos por la sentencia de Cerrón, la defensa de Maduro, se
tumbaron la unidad que ya se veía. Por el simple hecho de encuentros en foros,
entre Goyo, otro condenado por corrupción, y Vero, la derecha cavernaria lo
utiliza para tildarla de corrupta. Estas cuestiones de principios, llevaron a
que ambas organizaciones, JP de la izquierda moderada y PL de la izquierda
radical, vaya cada quien por su lado.
Lo penoso es que ambas izquierdas
que son importantes para el cambio en el país, están destinados a tropezar con
la misma piedra. En el 2016, con sueños
de grandeza y egoísmo, el candidato Goyo Santos y sus riñas irreconciliables
con Marco Arana, impidieron la alianza.
Esos pocos porcentajes que le faltaban a Verónika para disputar la
segunda vuelta, obtuvo 19%, Goyo los dividió al sacar 4%, sirviéndole a la DBA.
Si se unía, 19% + 4%, superaban largamente el 21% de PPK. Lo más perjudicial para la izquierda y el país, porque en fin, todos
están en su derecho de ir en pos de sus sueños, fue que al ni siquiera pasar la
valla electoral, los cuatro congresistas que le correspondían en Cajamarca
pasaron automáticamente para el fujimorismo porque quedó segundo en esa
región. Consolidando la mayoría absoluta del fujimontesinismo. Eso es hacer el
papel de tonto útil a la derecha que dicen combatir.
Para ser representado por alguien, no basta con que sea uno de los tuyos,
sino que este también tenga cualidades de vencer al rival, un estadista.
Oyéndolo a Castillo, queda en evidencia que carece de ese perfil. En simples
entrevistas flaquea en los argumentos. De seguro que el magisterio tiene
maestros más idóneos.
Gran diferencia con Vero, que demostró con solvencia que es una mujer
preparada, locuaz, con respuestas inteligentes. Preparación que la llevó a
trapear el piso con el mismo Lescano, en el último debate de América
Tv. Que ganó contundentemente según la votación del público. Imagínense, Vero
le tuvo que explicar sobre la red dorsal al experimentado Lescano, que ya quedó
en evidencia flaquea con su improvisado plan de gobierno. Pero el flanco de Juntos por el Perú, está el
símbolo poco conocido y nada atractivo. Una JP, en términos de imagen, logo,
comparado con el Lápiz de PL, es un chancay de a diez. Súmale el sombrerito
y la novedad de Castillo, los símbolos de identidad son grandes ganchos en una
campaña electoral, condiciones que perdió Vero.
No obstante, pisando tierra, la
campaña la tenemos cuesta arriba, Vero como Castillo. Los seguidores del lápiz,
no se solacen por las flaquezas del compañero, porque el enemigo no es ese. No
se equivoquen. Lo digo por los ataques del PL contra Vero, canibalizando a tu
sector, deberían apuntar la puntería contra los verdaderos enemigos del cambio.
Ojalá Castillo, al menos pase la valla
electoral, y no regale congresistas como lo hizo Goyo, pero por el bien de los
sectores del cambio, deberían unirse a Vero, quien tiene mayores chances.
Unidad para vencer.