LA TENTACIÓN DEL FRACASO - Desde la Torre

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jueves, 11 de febrero de 2021

LA TENTACIÓN DEL FRACASO

Hay muchos temas por investigar y hacer seguimiento en nuestra provincia, sin embargo, no abarco todo. En estos últimos meses, por lo contrario, la producción de la página Desde la Torre disminuyó notablemente. Varios seguidores nos reclamaron. Hace ratos que nos dimos cuenta. Es la tentación del fracaso, título que tomo prestado de Ribeyro para esta columna, los golpes físicos y morales desalientan, uno no es de acero. Pero, aunque jodidos, no vencidos.  

Mis años maravillosos, en el que podía llegar a mil lecturas al día, me hacen contrastar con la realidad local para el periodismo, con personajes energúmenos - Imagen: Yonel Rosales 

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Por Yonel Rosales

El ser ácidamente crítico me caracterizó en el ejercicio periodístico, quizás influenciado por mis creencias ideológicas. Pero valga precisar para mis “odiadores”, con el paso del tiempo evolucionamos o in, y creo que a esta etapa de mi vida soy más moderado, en mis inicios era un radical, impetuoso aguafiestas con mis entrevistados y tozudo perseguidor de tipos con pinta de ladrones. En mi libretita que a veces se confundía con la carona de burro, iba anotado los hechos pasados que para mí no pasaban, aunque el entrevistado estaba confiado que ya nos olvidamos, ahí entraba yo, a plantear la agenda.

Así ejercía el periodismo, sin piedad, salvo con los que me caían bien por ser mis fuentes o porque parecían ser buenas personas. No tenía que preocuparme por la paga ni la publicidad. Me importa un pepino. Siempre trabajé de reportero y mi única misión era sacar las notas más impactantes o primicias. Desde Radio Altura o Corporación con Tribuna Libre, mi jefa Judhit Llana, ahora trabaja para RPP, o desde El ping pong de las noticias con Raúl Peña, el popular Chelelo, o desde Correo con mi editora Lucía Cruz, marcábamos la agenda. Ellos se encargaban de pagarme el sueldo. Nunca fui bueno para buscar una publi y ganar más, con lo poco que ganaba me bastaba y sobraba. Eran mis épocas maravillosas. Sí, hay días que amanezco con la nostalgia, los sueño tras de una nota.  

La publicidad es el negocio de los periodistas, de ahí gotea o chorrea la paga. Pero hay otros que confunden la publicidad, y un gran número de “coleguitas” se convierten en los franeleros y defensores del gobernador, alcalde o político. Por ello, recibía presiones de la jefa de radio, para no ser tan duro con sus auspiciadores, terminé renunciando.  Empero, no negaré que ejercí el periodismo militante, a lo Lévano, defendiendo ideales políticos o proyectos de cambio que coincidían con mi línea. Como ahora mismo con Vero.

En ese mundo, no me preocupaba de las riñas con los entrevistados. Cuando sufríamos alguna agresión, desatábamos una cadena de solidaridad de todos los colegas periodistas. Un simple insulto era noticia en varios noticieros, generando la censura y rechazo del público. Hasta cierto punto uno se sentía protegido, ya que el agresor temía la crítica y los desalentaba.

En cambio en Llata, en Huamalíes, pareciera que vivimos en las cavernas. Donde una sencilla publicación de la verdad ofende, como con el alcalde de Jacas Grande o ahora último el de Puños. Hemos perdido la amistad o el cierto grado de confianza con muchos, ahora nos muestran caras chuecas. Una crítica periodística es el fin. Envían a sus esposas, a sus allegados a insultar y ofender. Lo más reprochable ha sido en la misma Municipalidad de Huamalíes, con sucesivos alcaldes fui agredido físicamente, retirado violentamente. Denunciar ante la Fiscalía es apoyarte en un palo podrido, es por gusto, lo digo con razón, hace poco archivaron un caso de agresión física sin siquiera hacerle un llamado de atención al agresor. Con algo hay que justificar nuestro sueldo del Estado, ¿no creen?

La muestra de la bestialidad en nuestra provincia, que hasta ahora me sorprende, es la actitud del exalcalde Ciro Trinidad, quien, sin nada que ver en el asunto, me sacó a empellones de la comuna provincial cuando me encontraba entrevistando a uno de sus funcionarios. Hay que ser bestias para actuar así, frente a sus funcionarios y en una entidad pública, como si fuera su chacra. Pasado algunos años, nos encontramos en otra ciudad, ya no tenía el brillo en sus ojos que ostentan los mediocres con poder.

¿Ya ven? Esta es la tentación de fracasar. En mi página hago publicaciones sin lucro, con crítica ácida cuando corresponde, a veces con humor negro, porque me lo tomé a pecho, eso que leí de Hildebrandt, el periodismo está para JODER EL PODER. Por escribir, publicar, ejercer el periodismo en mis ratos libres, nadie me paga como antes sí. ¿Ya ven?, ganarse enemistades, ser agredido por decir verdades no es que me guste. Que otros tomen mis publicaciones sin poner la fuente, aunque le cambien palabras, se roba el esfuerzo ajeno, eso también me jode, son mis desalientos, mis tentaciones de fracasar en mi mística que me impulsa seguir escribiendo.

Disculparán, querían desquitarme… y si no te gustó, recuerda, esta es una página personal. A veces cómo decía mi amigo Chelelo, podemos estar jodidos, pero no vencidos. Aunque no lo creas, esta chamba no es fácil… ahí está la explicación a la baja productividad de la página.        

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