A veces se acierta con los
pronósticos no tan reservados. Sin querer podemos resultar agoreros. En marzo del 2016, en mi columna titulada
“No se larguen por favor” en el diario El Minero y Cheleloyborolas, advertía que
a partir del 28 de julio se venía la carnicería de Ollanta Humala. No creí
que fuera tan grotesco, lo es. Un expresidente y su esposa, Nadine Heredia en
la cárcel. Uno puede sentirse satisfecho con la justicia peruana, siempre en
cuando fueran igual de enérgicos con otros como Alan García o Keiko Fujimori
con más antecedentes.
La exitosa pareja de millones de seguidores ahora solo es un recuerdo - Foto: Andina |
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Por Yonel Rosales
Pobre Ollanta, ¿ahora quiénes te
defienden?, ¿cuántos del mar de compatriotas que creímos en tu falso
nacionalismo gritan tu libertad?, contemos y comparemos las cifras de tus
seguidores con las de Lula da Silva en Brasil, pese a su condena de nueve años
de prisión por corrupto, podría volver a ganar la presidencia en su país. ¿Cómo te sentirás con la doble traición, la
tuya contra quienes creímos en ti y contra la tuya de a quienes serviste? A
veces me compadezco, porque todos pasamos por terribles momentos, nadie se
salva de las bajas, pero solo en unos cuantos se depositan el sueño de millones
de ciudadanos casi desahuciados de la política. Compadecerse no es lo mismo que
pedir que te perdonen. Compadecerse es un acto humano, que se le concede hasta
al traidor.
Tú mismo te encargaste de destruir,
joderla hasta hacerla inútil la maquinaria de masas que ahora hubiese sido tu
fortaleza. Aún recuerdo, el titular en la portada de Hildebrandt en sus trece,
anunciando la ruptura de Gana Perú. Eso me dolió como solo le duele a un
ferviente militante. También guardo en mis recuerdos, largándome cortésmente un
dirigente nacional desde su despacho congresal, por entonces eran la bancada
más numerosa en el congreso y los humos de haber triunfado contra viento y
marea no nos permitía pisar tierra. Comencé a volver a la realidad, luego de la
embriaguez del triunfo, cuando unos dizque dirigentes nacionales que ni tenían
inscripción en el Partido Nacionalista Peruano (PNP), a quienes enfrenté
poniéndolos en evidencia, nos
ninguneaban con el aval de ustedes a los dirigentes regionales que habíamos
dado el todo por el todo. Por entonces yo era un dirigente regional, joven
como la treintena de los más jóvenes dirigentes que tenían en Pasco en todo el
país, del cual decían sentirse orgullosos. La verdad es que no tenían gente que
organice la “organización”, entonces nuestra agrupación universitaria
Movimiento 21 tomó las riendas del PNP. Tras el triunfo de la primera vuelta,
comenzaron a venir los zánganos a querer desplazarnos. Solo los jóvenes
idealistas creíamos que el candidato del 4% en las encuestas podía ganar, el
resto se habían ido con los punteros para volver oportunistamente.
Tampoco olvido el mortal golpe que dieron a nuestro convaleciente compañero Javier
Diez Canseco. Ollanta, Nadine, el aprismo y el fujimorismo orquestaron en
banda para sancionarlo por deshonesto al político más honesto de los últimos
tiempos, hasta sus enemigos, hidalgos, le reconocían su honestidad; sin embargo
tú Nadine y Ollanta, con tus socios fujiapristas lo golpearon donde más le
dolió, su orgullo de limpieza moral. No obstante, tengo presente que en sus
funerales rechazaron y arrojaron las ofrendas florales que enviaste
cínicamente. Ahora tus socios fujiapristas te devuelven el golpe que no diste
pero los asustaste. Quienes se sirvieron de ti, te pagan con la misma moneda,
traición. Bastó un año, solo un año para que termines peor que hicieron con JDC.
Por todo lo dicho líneas arriba, en mi análisis del 2016, No se larguen por
favor, dije “al no tener bancada en el
congreso les van a hacer trizas, habrá que esperar con calma la venganza,
los congresistas del Apra, repugnándolos, lo encabezarán.” ¿Acaso todo este
tiempo desde que abandonaste el efímero poder te menoscabaron?
¿Así acaba un traidor, corrupto,
dos cosas a la vez?, no creo, la compasión de madres dolientes y la cachacienta
vida que llevan otros peor o igual que ud. Alan y Keiko, que también recibieron
coimas de Odebrecht, pueden soliviantarte. Al
fin, detrás de tu encarcelamiento o la prisión de Toledo, no está que quieren
castigar al corrupto o luchar contra la corrupción, sino demostrar que todos
terminarán siendo ladrones, incluso los que juran y mueven montañas contra los
ladrones, incluso el que dijo “Honestidad para hacer la diferencia”. No por
la traición hay que dejar de soñar, creo que un día habrá quien jura destruir las
gollerías y abusos en el país, sí lo hará.
Yo decepcionado, desde que viraste,
tengo aún un deseo, que vuelvas a pedir votos para gritarte a la cara:
¡traidor!, ese día me iré satisfecho de habértelo dicho con sentimiento. Con tu
encarcelamiento vamos descargando, pero con el olvido en que va quedando la
noticia de encarcelamiento uno se compadece.