Huir de mamá en cuestión de
minutos, en lo que dura ajustar un pañal, le costó la vida a T. E. M. (3) y
dejó destrozada a Esmeralda Morales, quien cuidaba a otro bebé para ganarse se la vida. Un pozo de agua con
una tapa que más parecía una trampa fue el verdugo de su engreído, la tragedia
ocurrió justamente donde salvan vidas, en el Puesto de Salud de Pampa Florida,
distrito de Tantamayo.
Una tapa de un pozo de agua que más parecía una trampa fue el verdugo del "bebé" de Esmeralda - Foto: Yonel Rosales |
Más en un clic: MIEDO Y CEGUERA
Por Yonel Rosales
Para Esmeralda Morales Onofre, su niño de iniciales T. E. M. (3) siempre
será su bebé, aunque para las cifras oficiales ya no lo es a partir de los dos
años; su engreído que ahora se habrá convertido en su nuevo ángel de la guarda
no ha logrado consolarla de la terrible pérdida que sufrió ayer miércoles 20, a
eso de las 9:00 a.m. en el Puesto de Salud de Pampa Florida del distrito de
Tantamayo, donde un pozo con agua y una tapa que más parecía una
trampa hecha adrede, callaron para siempre las contagiosas sonrisas, sus
llantos de engreimiento y berrinches de su tierna criatura, que sobre todo era
su amado bebé.
La madre completamente destrozada, según nuestras fuentes, narró que se
encontraba en el establecimiento de salud acompañado de su hijo, a la vez que
cuidaba al bebé de una enfermera. Debía cumplir sus
responsabilidades propias de cuidadora, entonces se puso a ajustar el pañal del
niño a su cargo, sin dejar de llamar la atención a su travieso, a que no se
aleje y la esperara unos minutos mientras arreglaba el pañal del bebé. Sin embargo T. E. M. desobedeció a mamá y
desapareció. Tras acomodarse al hijo de la personal de salud, fue en busca de
su niño, lo llamó, solicitó en los ambientes del establecimiento, dio un
rodeo, y al no encontrarlo, optó por ir con dirección a la población, creyendo
que se habría adelantado a la casa; para volver tras sus pasos totalmente desesperada
e imaginando lo peor, y no era imaginación, era realidad.
El personal de salud del distrito de Tantamayo intentó salvar por todos los medios al niño, pero ya era tarde - Foto: Yonel Rosales |
Más
en un clic: “SOMOS EL DISTRITO CON MENOR PRESUPUESTO, NO NOS ALCANZA”
Cuando se encontraba a media cuesta, preguntó a una vecina si había visto
subir a su niño, negó que haya estado por ahí y le advirtió: “No vaya a ser que
se haya caído al pozo”. Esmeralda bajó a toda carrera al puesto de salud,
corrió al pozo donde juntan agua, cuya tapa es una trampa, como las fauces de
un monstruo que espera a su víctima y se cierra para no soltarlo. Así descubrió a su “bebé” de tres años,
entre alaridos, sacudones, desesperados golpecitos en la cara para que
reaccione T. E. M. y no reaccionó.
Cuando a un inicio fue a buscar a
su hijo, nunca imaginó que un pozo con una tapa mal cuadrada estaba matándolo
en ese instante, quizás pudo salvarlo, si tan solo hubiesen prevenido lo que ya
había sucedido. Según refirió la misma
señora que le advirtió dónde podría estar el niño de Esmeralda, un accidente
similar ya había ocurrido anteriormente, pero evitaron la tragedia. Aunque
los médicos del puesto de salud del distrito de Tantamayo intentaron salvarlo,
succionando el agua, reanimándolo, ya nada pudieron hacer por el pequeño víctima
de la trampa mortal. La Fiscalía presidió la necropsia de ley, también se habría dado cuenta al Centro de Emergencia Mujer (CEM) ante los antecedentes de un niño que murió asesinado por su padrastro.