No solo los apristas, casi todos
los polĂticos se las dan de reyezuelos y utilizan el poder Ășnicamente para
satisfacer sus intereses. Es la
coyuntura del disimulo aprista el que me motiva trazar estas lĂneas, de paso recordar
lo que fĂĄcilmente ya olvidamos, gracias a los huaycos de corrupciĂłn y las
verdaderas ciénagas, del descarado robo al Estado que involucra a uno de
los representantes mĂĄs significativos del Partido Aprista Peruano (PAP),
Mauricio Mulder. Un viejo chiste grafica las acusaciones en su contra, antes me
parecĂa exagerado, hoy, es la realidad.
Lee
mĂĄs: LA MUERTE DE UN CACHIMBITO JAPONĂS
Por Yonel Rosales
Voy a resumirlo. Me lo contaron
cuando era estudiante. El chiste original es largo. No sĂ© a quĂ© paĂs corresponde.
Un compañero del movimiento universitario de izquierda, el camarada
“Chapchosky”, “El Poeta” acertĂł al apodarlo asĂ por la sapcha; contĂł lo
siguiente: El amigo del congresista Jorgito Del Castillo, mortificado por la
deserciĂłn de su hijo, va a pedir un
trabajo de escarmiento, que le haga entender lo duro que es la vida al engreĂdo
que no querĂa estudiar. A los pocos dĂas, Del Castillo llama a su pata,
para decirle que le encontrĂł un puesto, asesor ministerial, con un sueldo de 25
mil soles. No Jorgito, tiene que empezar de abajo, con mucho dinero se harĂĄ mĂĄs
vago. DĂas despuĂ©s, el congresista vuelve a llamar a su chochera. Ya lo tengo,
asistente del vocero de bancada, claro, el sueldo es mĂĄs modesto, quince mil al
mes. Jooorge, ¡no!, mi hijo reciĂ©n terminĂł el colegio, no quiero que la vida se
le haga fĂĄcil. Por Ășltimo, Del Castillo vuelve a llamar a su compañero; ahora
sĂ, le conseguĂ el puesto de jefe de comunicaciones, el sueldo es muy bajo,
diez mil soles. Pero Jorge, ¡por favor!,
consĂgueme algo mĂĄs modesto, como para principiante, con sueldo de mil o dos
mil soles. Y el congresista responde que eso es imposible, porque esos cargos son por concurso, necesita:
currĂculum, tĂtulo universitario, una maestrĂa y años de experiencia. Esos
trabajos no se consiguen tan fĂĄcilmente.
En ese entonces, me parecĂa grosero
bromear de mala forma con el congresista que en algĂșn momento fustigĂł al
fujimorismo, ahora mĂralo, estĂĄ sincronizado. Años despuĂ©s de mi inexperta
etapa universitaria, el viejo chiste encaja con la realidad. No negarĂĄs que se parece mucho a la
denuncia contra el congresista Mauricio Mulder, gracias a sus recomendaciones contrataron
en el congreso a Percy Rachumi que ganĂł 31 mil soles en diez meses, y a GermĂĄn
Luna, otro aprista, que se hizo de 200 mil soles, SIN QUE NINGUNOS HAYA IDO A
TRABAJAR. ¿Ya ven por quĂ© tanto aprista defiende lo indefendible? PregĂșntale
a MelitĂłn cĂłmo lo hacĂa en A trabajar urbano de Alan. O al aprista disfrazado
de Gato, de uñas largas y sucias, mås encastado a pericotes y ratas. Sin
nombres.
Pero con los apristas del congreso nos quedamos cortos, esta es una
prĂĄctica comĂșn de toda tienda y estrato. No solo son los polĂticos de alto
nivel, como pasa con los ministros bachilleres, mientras que al docente le
exigen maestrĂas o doctorados para cargos menores. Sucede con las autoridades
locales o gobernadores. Caso curioso, uno que otro colega de estudio, que no
terminĂł sus estudios por desaprobarse ocupaba el cargo de gerente regional.
Ahora mismo, sin tener estudios, existen personajes que ocupan jefaturas. Me
reservo los nombres, por el afecto que alguna vez compartimos, los aludo por lo
mal que andamos.
La esperanza se abre paso para saldar cuentas con los mulderes, becerriles,
apristas, fujimoristas, izquierdistas, tecnĂłcratas, etc. MĂĄs con los aprofujimoristas
que por muchos años ostentan el poder y abusan de él. Alguna culpa tendrån que
pagar con el huayco de confesiones de Odebrecht, ojalĂĄ se extendiera como el
cĂĄncer de sinceramiento a las empresas locales o regionales, para ver
caer a tantos alcaldes, exalcaldes o gobernadores; pero el cĂĄncer de
sinceramiento, solo es un sueño.