* El presente ensayo fue escrito el 22 de julio del 2015, para
un curso de CentrumX de la Pontificia Universidad Católica del Perú, que creo
oportuno su publicación en esta fecha.
“La llamada televisión basura solo es el comienzo de un complejo contexto
de influencia negativa en el proceso de formación de los niños y adolescentes,
particularmente de los escolares. La socialización en diversos entornos de lo
que se ve en la televisión basura, haciéndolo como tema de conversación, la
aceptación de los padres de familia a que sus hijos imiten a personajes de la
farándula, llevan a concluir que hay un complejo engranaje, en el que la
televisión es la pieza principal, de formación de escolares para una gran
fiesta interminable…”
Por Rosales Caballero
La televisión abierta es duramente
cuestionada, a tal punto de ser calificada como televisión basura. El mismo que
consumen miles de hogares, especialmente preocupan los televidentes niños y
adolescentes, escolares en proceso de formación que pueden ser afectados. ¿Solo
la televisión basura puede generar influencias negativas en la formación de los
escolares o es no más el inicio de un complejo proceso de socialización en
diversos entornos? Si bien este medio de comunicación es muy poderoso, no sería
la única responsable de la alienación de los escolares, sino que es reforzada
por la aceptación de los propios padres de familia, la socialización por medios
y contextos diversos, como las fiestas de promoción en el nivel inicial y
primario, donde el niño es expuesto a modelos negativos. Para este propósito
revisaremos la influencia de la televisión en los niños y adolescentes;
definiremos a qué se considera televisión basura y las consecuencias que esta
genera, sin capacidad de autocrítica. Brevemente analizaremos la
responsabilidad de los padres de familia, del entorno social en el proceso de
formación, y de los problemas que pueden ocasionar este tipo de actos según el
estudio de CEDRO. Y finalizaremos planteando un par de alternativas para hacer
frente al problema, como la lectura o la promoción de las fiestas costumbristas
en la escuela que fomenten la identidad cultural.
Inocentes fiestas de promoción de niños y niñas terminan en tremendas juergas, aceptado por autoridades, docentes y padres de familia - Foto: YR |
Hace poco visité la familia de mi
tía. En una de esas ocurrencias cuando jugueteábamos, Luis, de solo ocho años,
me preguntó entusiasmado por escuchar mi respuesta confirmatoria de que ambos
éramos del mismo bando: ¿de qué equipo eres primo, de las cobras o leones?,
dijo, mostrándome jactancioso el polo amarillo que vestía, alusivo al reality
Esto Es Guerra del Canal 4. Imaginé al pequeño Luis disfrutando y consumiendo
la televisión basura, alentando a su equipo con el polo que su mamá le compró.
Como dijera Juan Carlos Tafur, esto sería la caja boba y “familias basura”. Hay
miles de niños y niñas en proceso de formación que siguen estos programas de
televisión, propensos a sufrir efectos en su formación. De acuerdo a un estudio
realizado por Isabel Pérez Olmos y
otros, la influencia de la televisión violenta en los niños evidencia un
impacto inmediato, que afecta negativamente, porque las imágenes emitidas por
estos medios ejercen una influencia importante sobre la conducta del individuo
especialmente si es infante. Los investigadores insisten, que el pensamiento
infantil en proceso de maduración favorece la influencia. Y subrayan, la edad
entre los 8 a 12 años es crítica debido a que no existe una clara diferencia
entre lo real y lo imaginario, y está favorecida la invención, imitación, e
identificación con héroes agresivos de fantasías heroicas o violentas. En este
punto es preciso recordar lo dicho por Salomón Lerner Febres, los medios de
comunicación nos brindan modelos éticos y estéticos, promueven hábitos y gustos.
Lerner precisa que la televisión
basura, es valorada no por su contenido sino porque logra un efecto, que es el
de imponerse en los hogares. Fomenta la competencia agresiva, la humillación
del otro, la curiosidad obscena, el racismo, el sexismo y el machismo.
Asimismo, Rosa María Palacios considera que este tipo de televisión programa la
farándula en el noticiero, más muertos en los noticieros, desprestigia a sus
presentadores y a su marca, quita el debate político porque “aburre” y a
“nadie” le interesa. Destruye el periodismo en televisión. Hacen plata, y
mucha, con un público desinformado al que se le enseña que vivir sin pudor, sin
intimidad y en medio de la vulgaridad “es normal”. Acota, como consecuencia de
la televisión basura el periodismo en la televisión está contaminado por la
farándula. El periodismo de televisión debe tener un muro alto frente al
entretenimiento, recomienda; en clara alusión a los noticieros serios donde
ahora informan la intimidad de personajes de la farándula. Con la saturación de
información de la farándula, hasta en los noticieros más serios, – sin tomar en
cuenta los otros medios de comunicación -
claramente se impone al público el interés por la televisión basura.
Eduardo Dargent afirmó que la
televisión abierta rinde un mal servicio a la ciudadanía, no ayuda a enriquecer
sustancialmente el debate público. En la televisión “privada” la política se
limita a unos pocos programas dominicales y a un espacio pequeño en los
noticieros, sepultada entre el último lío de sábanas de los concursantes de
combate-guerra y el resumen deportivo. Y emitió un veredicto inquietante sobre
el papel que cumple la televisión en la sociedad, el embrutecimiento de la
esfera pública es hoy voluntario, calculado en dólares, no impuesto por una dictadura.
Lo que están viendo los niños y adolescentes en este momento en buena parte
constituirá lo que serán como adultos, con un arma tan poderosa como la
televisión, con la cantidad de gente que la ve en forma cotidiana deberíamos
pensar qué estamos formando, exhorta Dargent. Tess Renker, en su investigación
“Influencia de los programas concurso televisivos en la construcción de
identidad cultural en jóvenes cusqueños”, concluye que los jóvenes mayores de
18 años no son influenciables, pero sí los niños y adolescentes, que buscan
aceptación e identidad. Esta influencia se demuestra con la serie de noticias
trágicas de menores de edad muertos cuando imitaban a personajes de la
televisión; como la niña ahorcada, los hermanitos accidentados al trepar un muro
que se desplomó o los adolescentes que se inyectaron petróleo para tener los
músculos de los sujetos de la farándula. Solo es una pequeña muestra, ¿se
imagina qué otras influencias negativas no saltan a los medios de comunicación
por ser menos llamativas?
El reconocido periodista César
Hildebrandt manifestó que la televisión se cerró para cualquier pensamiento
crítico. Y señala el problema de fondo, el sistema no se toca, es el canto
único de esa televisión que es cómplice de un sistema abusivo, corrupto e
insoportable. Estamos aplastados por esa prensa. Se puede concluir que no habrá
autocrítica de la televisión basura para mejorar la programación y ofrecer algo
mejor a los escolares, a la sociedad. Si el contenido de la televisión es
negativo tal como coinciden varios autores, los niños corren el riesgo de ser
influenciados en ese sentido. Isabel
Pérez advirtió que el mundo mental del niño es maleable, influenciable y
susceptible a los cambios por lo que requiere un importante refuerzo emocional
y educativo del entorno, especialmente de la familia, y en general de la
sociedad.
Si creemos que la influencia de la
televisión es la única responsable de efectos negativos en el proceso de
formación de los niños, erramos; aunque en muchos hogares la televisión se
convirtió en la niñera como dice Lola Rovarti, debemos tener presente que el
principal rol formador de los futuros ciudadanos está en los padres. De ahí que
Juan Carlos Tafur hizo este duro cuestionamiento, ¿Cómo entender que una de las
últimas modas limeñas sea contratar para fiestas infantiles a cualquiera de los
modelos de “Esto es guerra” o “Combate”? ¿En qué cabeza puede caber esta
obsesión por acelerar el natural proceso de erotización adolescente y traerlo a
la infancia? Efectivamente, con estas actitudes se socializa, se acepta lo que
es cuestionable, lo que atenta contra el pudor de los niños, se entroniza,
interioriza con la práctica; por ejemplo, cuando en el hogar se conversa de la
farándula como algo cotidiano e importante. Si no es en la familia, el menor en
proceso de formación aprenderá por otros medios, como el internet, las redes
sociales. Esto es posible, porque tal como afirmara Nelson Manrique, Facebook,
a abril del 2014, tenía un 87.6% de los internautas conectados en el Perú,
siendo su quinto mercado en importancia a nivel mundial. En esta importante red
social se discute casos de farándula, la diversión, la vida suelta, al que
están expuestos los escolares. ¿En ese espacio, un menor será capaz de
distinguir lo bueno de lo malo?
Los agentes sociales promueven la
socialización en diversos escenarios, como en la escuela, la familia, el
trabajo. En las fiestas de carácter infantil se refuerza esta vocación. Porque,
haber, pese a que un niño de nivel inicial no discierne una fiesta de promoción,
lo mismo que el de nivel primario, quizás también los de secundaria; se
organizan grandes jaranas de despedida que incluye una serie de actos,
combinados con alcohol y otras sustancias, por supuesto está presente la
imitación a personajes de la farándula. CEDRO, en el estudio “Abuso de drogas
en adolescentes y jóvenes y vulnerabilidad familiar”, señaló que uno de cada
cuatro estudiantes, es decir el 25%, que declara haber consumido alcohol alguna
vez en su vida se inició en la ingesta de alcohol entre los 8 y 11 años, es
decir en pleno proceso de formación. Según el mismo estudio, un 36.5% se
produce en el entorno familiar; y cifras relevantes, un 23.8% y 24.3% de
consumo de licor se da con compañeros de estudio y amigos de barrio,
respectivamente. Lo preocupante es la presión de grupo o de pares como factor
gravitante para el consumo de alcohol. De la muestra investigada un 27% de
consumidores de alcohol eran escolares. Serían las consecuencias a partir de la
televisión basura.
Existen alternativas para hacer
frente a la malformación de los escolares, niños y adolescentes. Uno
indiscutible y repetido por muchos autores, es lo planteado por el maestro
César Lévano, la práctica de la lectura es la opción a la televisión basura, a la
diversión facilista. Lévano, en su artículo “No se aburra: ¡lea!”, cuyo título
tiene doble connotación en alusión a un parsimonioso animal, dijo, el exceso de
televisión, particularmente de la TV basura, contribuye a la apatía por los
libros. De acuerdo a una encuesta, al que hizo referencia el autor, los que
tienen educación superior leen 5,6 libros al año; los de educación secundaria
4, y los de básica 2,9. El Perú tiene las cifras más bajas de lectura en
Latinoamérica. El profesor español José Antonio Pérez-Rioja precisó en Elogio
del Libro (Salamanca, 1997): “Allí donde está funcionando un televisor hay
varias personas que no leen”, concluye el artículo. Para corregir esta
condición de la televisión basura, Salomón Lerner planteó regular la
televisión, lo cual no significaría censurarla. Pero, sobre todo, la televisión
misma debe ofrecer mejores alternativas.
Otra estrategia a la degeneración
sería, la incorporación de la celebración de fiestas tradicionales, porque esta
coopera al proceso de formación de los niños, escolares, pues se vincula con
múltiples dimensiones educativas: educación cívica, moral, intercultural del
consumidor, además de diferentes competencias instructivas y la formación de
valores, resumió el informe “Celebración de fiestas populares en la escuela” de
la Universidad de Girona. La razón de ser de una escuela es contribuir a la
preparación de buenos ciudadanos, recuerda que conocer el folklore, las
manifestaciones artísticas y culturales de un lugar, involucraría la
participación de toda la familia de forma organizada. Advirtió tener sumo
cuidado al organizar estas fiestas, porque la escuela no puede ni debe celebrar
todas las fiestas que se le presentan, sino que se debe priorizar en base a la
identidad cultural, para recuperar las tradiciones autóctonas, fomentar la paz,
el cuidado del medio ambiente, entre otros. En ninguna parte hace mención el
consumo de licores y otras acciones como ocurren comúnmente en las fiestas
peruanas. A cambio de imitar a los personajes de la televisión basura,
alienada, la propuesta de la Universidad de Girona sería una opción adecuada
para el proceso de formación de los escolares, a cambio de que presencien
jaranas en las fiestas de promoción, o imiten a personajes alienados de la
farándula.
La llamada televisión basura solo
es el comienzo de un complejo contexto de influencia negativa en el proceso de formación
de los niños y adolescentes, particularmente de los escolares. La socialización
en diversos entornos de lo que se ve en la televisión basura, haciéndolo como
tema de conversación, la aceptación de los padres de familia a que sus hijos
imiten a personajes de la farándula, llevan a concluir que hay un complejo
engranaje, en el que la televisión es la pieza principal, de formación de
escolares para una gran fiesta interminable, tal como sucede en las fiestas de
promoción que se celebran desde el nivel inicial, primaria; sin considerar las subsecuentes consecuencias
que advirtió CEDRO. Estos futuros ciudadanos entienden la vida como una pasarela
para la diversión similar a la televisión. Sus contenidos inadecuados para los
menores que están en proceso de formación pervierten la inocencia de los niños,
escolares. Consolidan su formación para la fiesta, la diversión sin
responsabilidades u otras condiciones degenerativas del hombre; preocupa que
los padres, docentes y demás de la comunidad educativa refuercen esta vocación
en el centro de estudios, y la sociedad. ¿Acaso esta formación de escolares
para la fiesta y la diversión fácil, son las condiciones para incrementar la
delincuencia e inseguridad que va en incremento en este país?