La muerte de cinco personas en el huayco en la
carretera Morca – Nueva Esperanza trae un drama social, cada uno de ellos, con
historias dolorosas por su temprana partida.
Luis Caballero, ese fatídico día iba a recoger
sus plantones de palta, deja cuatro hijos menores de edad, el último de apenas
tres años.
Augurio Caballero, padre de Luis, contó que su hijo deja cuatro menores huérfanos - Foto: Yonel Rosales |
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rescataron el último cuerpo de una joven sepultada en la carretera a Jaria
Por Yonel Rosales
Cuatro hijos de catorce, doce, nueve y tres años en la orfandad deja Luis
Caballero Valenzuela (36), una de las víctimas fatales del jueves 6, en el
huayco que mató a cinco personas en la carretera de Morca (Llata) – Nueva
Esperanza (Puños) provincia de Huamalíes. “Él solo quería sembrar
paltas”, dijo a Desde la Torre Augurio Caballero, padre del desaparecido, al
narrar que hace unos días se despidieron en Lima con un fuerte abrazo, sin
presagiar que no se volverían a ver en esta vida.
Aunque Luis no residía en Jaria, al
llegar a cierta etapa de su madurez le entró de lleno la identidad con su
tierra, por eso dice su papá, se había propuesto producir en las parcelas que
su progenitor le dio como un anticipo de herencia y contribuir económicamente
con su comunidad campesina. Entonces, para el día de su deceso, contrató los
plantones de palta e iba recogerlos en Culquish (distrito Jacas Grande).
Creyó que el día era suyo, ya que oportunamente se fue con una combi local que
salía con dirección a Llata, llevando otros pasajeros apremiados por sus
trámites y compras en la capital de la provincia de Huamalíes.
Luis vivía en Lima y solo vino a sembrar un poco de paltas y hacer comunero - Foto: Cortesía |
Al notar un percance en la
carretera, cerca al puquial Goñoj (tibio), donde una camioneta atollada impedía
el pase, intentaron ayudar, Luis y los otros viajeros que coincidieron en ese
punto trataban de sacar al vehículo. Cuenta don Augurio, los que pudieron
correr salvaron sus vidas, pero su hijo solo atinó a guarescerse en el talud
del cerro y la vía, donde fueron sus últimos minutos de vida. “Yo no sabía
ni que hacer. Desmayo casi me agarra. No he podido ni a dónde ir”, contó entre
lágrimas el padre de la víctima al enterarse de su dolorosa pérdida. Sus
otros hijos en Lima, no le informaron nada, atinaron a decirle que ya compraron
los pasajes, que debían viajar con urgencia. Recién al llegar a Llata, sus
otros familiares le avisaron los detalles del fatídico hecho.
Otro viajero se salvó de milagro completamente ileso, solo su motocicleta quedó dañada y enlodada - Foto: Cortesía |
La misma conmoción carga la madre
por su tercer hijo, que dejó en la orfandad a cuatro menores. “Siempre me
recordaré por sus plantas. Por sus trabajos”, manifestó Augurio, a tiempo de
anunciar que este domingo sepultarían los restos de Luis Caballero.