“YACU MIRASHMAN JEGACURCOMAN WAMBRACUNAMAN. PIRA AZÚCARNINTA RANTIMONGA” * - Desde la Torre

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sábado, 28 de enero de 2023

“YACU MIRASHMAN JEGACURCOMAN WAMBRACUNAMAN. PIRA AZÚCARNINTA RANTIMONGA” *

 

Este es el conmovedor testimonio de Casimira Inga, la viuda de Gabriel Vela, un padre de familia que sostenía el hogar con su trabajo en la chacra y empleos eventuales. Unos malnacidos delincuentes lo mataron sin tener en cuenta que tenía hijos menores que dependían de sus fuerzas. La esposa y madre sufre por el futuro de carencias que padecerían los niños, por lo que el suicidio ronda su apenado ser.         

*Traducción del títular: En agua caudalosa me aventaría con mis hijos. Quién le comprará su azúcar.

Ayer sepultaron a la víctima del asalto de la empresa Guerra y hablamos con su desconsolada esposa - Composición: DlT


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Por Yonel Rosales

Ayer una gran multitud, de aproximadamente mil personas (¿paicuna pachata garanapa?) según la viuda Casimira Inga Espinoza, sepultaron a Gabriel Vela Andrade (42) en el Centro Poblado Poque distrito Puños. El padre de familia que deja cuatro huérfanos, tres de ellos menores de edad, fue asesinado el martes 24 de enero en un asalto a la empresa Guerra, cuando viajaba de Lima a Llata, le habrían intervenido ocho delincuentes en la altura de Warmiwanunga, una zona descampada por las alturas Poque y los límites con la región Áncash.

De acuerdo a las fuentes consultadas por Desde la Torre, Gabriel Vela era un hombre respetuoso y trabajador. El director de la Institución Educativa de Poque, Edwin Soto, lo recordó como una persona tranquila y dedicada a sus labores. Entre tanto la familia de Melitón Caballero, sus vecinos, lo recuerdan  como a un hermano con quien “nunca” tuvieron líos.

Cientos de personas acudieron al entierro de Gabriel Vela, y la preocupación de la viuda Casimira Inga fue no poder atenderlos - Foto: Cortesía


“¿IMANORA WAMBRATA ASHMASHA?, ¿PIRA AZUCARNINTA RANTIMONGA, PIRA YOGURNINTA APTAPANGA, ROPANNINTA?”

“¿Cómo criaré a los niños?, ¿Quién comprará su azúcar, quién le dará su yogurt, su ropa?”

 

Casimira Inga, la esposa del asesinado Gabriel Vela, es una mujer quechuahablante, no domina el castellano. Es una mujer, que junto a su hombre, sobrevivían de las labores en la chacra. Su esposo era el de mayor fuerza para el trabajo duro. De ahí el penoso y preocupado testimonio que obtuvo este medio por parte de la viuda, que se queda a cargo de tres menores. Tiene dos hijos que ya terminaron el colegio, uno el año pasado. Necesitan a su padre para continuar sus estudios superiores. Mientras que los otros dos son niños. El último, en marzo cumplirá dos años y ya no tendrá a papá en su cumpleaños.

“Yacu mirashman jehacurcoman wambracunaman. Venenotapis upucurcoman, ishcancuwan. Waray wuarantin wuanupte, ama autoridadpis juzgamasunsu. Curushtapis casumasunsu, jitaracuyasha. Imanora mantenisha. Ima trabajuta caicho can” (En río caudaloso me aventaría con mis hijos. Me tomaría veneno con los dos hijos. Mañana más tarde cuando me muero, que las autoridades no me juzguen. Aunque me estoy gusanando que no me hagan caso. Nos estaremos botados. Cómo los mantendré. Qué trabajo hay en nuestro pueblo”, nos manifestó Casimira, al quejarse por la falta de auxilio y la justicia por parte de las autoridades. Según la esposa de la víctima, desde el lugar del asalto habrían llamado a los policías, también pidieron el apoyo con una ambulancia, pero no hubo auxilio para salvar a su esposo, que finalmente, de acuerdo a su versión, falleció pasando Poque en Tucuwain.

El resentimiento de la viuda es marcado para la Policía, en su dialecto, siendo una mujer del campo, señaló que cuando los conductores están sin documentos, sin SOAT, ahí sí la policía los persigue, pero cuando les piden auxilio ni les hacen caso, esto en referencia a que no habrían acudido al llamado. También se quejó contra la empresa Guerra, por no avisarle que su esposo estaba herido, pues según le dijeron, Gabriel Vela habría querido bajar en Poque. Su esposa ya le esperaba esa aciaga madrugada, cuando el ómnibus pasó y no se detuvo se empezó a preocupar, ya que la víctima le había anticipado con qué empresa iba. Entonces llamó insistentemente al celular al padre de sus hijos. Cuando no le contestaba, pues siempre le respondía, empezó a sospechar que pudo ocurrir un asalto. Más tarde un familiar de Lima le dio la mala noticia. Por esta razón lamentó que Transportes Guerra no le haya pasado la voz, aunque sea para verlo en sus últimos minutos. “Maichir wilamargan, pita wanusish”, (Quizás me hubiese avisado quién le disparó), dijo.

El asesinado Gabriel Vela, padre de cuatro hijos, vivía en el CP Poque distrito de Puños, donde ayer fue sepultado - Foto: Cortesía

“¿Ima jusayojra cargan, pitara wanunsish?, ¿Pipa ushantara jagatacush, wanusinanpa? Shincaj captin” (¿Qué culpa habrá tenido (su esposo) ¿A quién habrá matado?, ¿De quién su oveja se habrá adeudado?, ¿para que lo maten así, o habrá sido borrachoso?”, se preguntó Casimira al recordar las tres heridas de bala que tenía en el hombro izquierdo. “Imanora gongasha. Manami magamashsu.  Yanta pis ushacaraicanga, ojshapis ushacaraicanga (¿Cómo lo olvidaré? Si nunca me ha pegado. Mi leña también se acabará, (el esposo le proveía) mi paja también se acabara)”, lloró desconsoladamente tras la sepultura de su amado esposo. En otro momento, su vecina, dijo que solo le piden a Dios, porque de las autoridades, dicen no esperar nada. “Ni autoridad ni justicia cansu”, finalizó.  

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Esta vez fue la empresa Guerra la víctima del asalto, anteriormente otras empresas padecieron el atraco de los delincuentes - Foto: Facebook
 

SIN APOYO

Casimira Inga, lamentó no saber hablar castellano, por lo cual nadie le hará caso su reclamo. Según dice no recibió ningún apoyo por parte de la empresa. Aunque Transportes Guerra, lamentó lo ocurrido, a través de un comunicado, hace falta su solidaridad y responsabilidad social como empresa. Este medio, aunque en solitario, hace el llamado a las autoridades y personas de buen corazón brindar su apoyo, no solo moral, a la familia de la víctima. Proveerle de alguna forma de empleo sería de gran ayuda. Con ese propósito nos comunicamos con la regidora de la Municipalidad Distrital de Puños, y natural de Poque, Ana Caballero, pero en cuanto le dijimos que somos periodistas, nos cortó el teléfono. Vaya un representante político, que para eso se metió a política, no esté a la altura de emitir un pronunciamiento político, es reprochable.  

A ver si las autoridades municipales de Puños o Huamalíes, José Caqui, Edgar Céspedes, o los políticos que en campaña son regalones, puedan proveer su ayuda.

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