A niveles bestiales y amparados en
la impunidad un grupo de sujetos del distrito Huacachi de la región Ancash,
actuaron en contra de Celino Collazos, natural de Singa. A quién luego de asesinarlo le prendieron fuego,
dejándolo irreconocible. Algunas partes de su cuerpo fue comido por los perros.
Ciuadano de Singa fue asesinado por huacachinos el 3 de enero - Foto: DlT |
Más en un
clic: “NO HEMOS INGRESADO PARA PODER LUCRAR DEL PUEBLO”
Por Yonel Rosales
Pese a que ya pasaron tres días del salvaje asesinato de Celino Collazos
Gerónimo (46) natural del distrito Singa, provincia de Huamalíes, sus
familiares aún no tienen fecha de sepultura debido a que su cuerpo está
irreconocible y posiblemente tenga que pasar por exámenes de ADN, el cual
tiene un largo proceso a cargo de la Fiscalía, por eso no saben cuándo darán
cristiana sepultura. Como si se tratara
de la era de las cavernas o de salvajes que no conocen el derecho a la vida, un
grupo de aproximadamente 200 personas que serían del distrito Huacachi de la
región Áncash, lo asesinaron mientras la víctima trabajaba en una mina informal
en las alturas de Miraflores, predios en litigios territoriales con los
huacachinos.
De acuerdo a lo que nos contó
Roberto Collazos, gracias a la comunicación de un grupo de evangélicos se
enteraron de la masacre que padeció su hermano,
a eso de las 4:00 p.m. del 3 de enero en las punas en disputa, donde
funcionaba una minera informal que ya viene explotando hace cuatro años, al que
ingresó trabajar hace aproximadamente una semana. Como la zona aún falta delimitar, los
huacachinos reclamarían como suyo esas tierras, por lo cual acudieron armados a
enfrentarse con los trabajadores y quemar las maquinarias.
Roberto Collazos contó que hace poco los hermanos lloraban por la muerte de su papá y ahora esto - Foto: DlT |
Solo Celino, se habría enfrentado a los atacantes hasta que cayó asesinado. Mientras sus compañeros ya habían huido. De acuerdo a los testigos que nos contó Roberto, serían dos las versiones del asesinato. La primera que fue muerto por un tiro de bala en la cabeza y otra que fue golpeado por la espalda por uno de los huacachinos. Luego de reducirlo, los salvajes le prendieron fuego echándole petróleo, hasta dejarlo irreconocible, posiblemente va a necesitar pruebas de ADN para confirmar su identidad, por eso solicitaron a su madre anciana y enferma para tomarle las muestras. Dos niños, compadecidos del actuar salvaje, habrían echado agua al cuerpo para apagar las llamas. Sin embargo, no pudieron evitar que los perros se comieran partes del cuerpo.
Celino Collazos, deja un hijo de
aproximadamente 6 años en la orfandad. Aunque vivía en Chavín de Huántar, los
singuinos se encuentran consternados por la cruel masacre. “Mi familia está muy
apenada, porque hace poco, dos meses, falleció mi papá. Nos estábamos recuperando
de ese dolor y ahora esto”, dijo Roberto. Señaló a los huacachinos son personas
arbitrarias que imponen sus ambiciones territoriales a punta de golpes,
impunemente. En la actualidad tienen litigios con Singa, Miraflores y Puños,
donde se hacen prevalecer por la fuerza.