LAS HIJAS DE LA SORDOMUDA RECHAZADAS POR PAPÁ - Desde la Torre

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martes, 8 de marzo de 2022

LAS HIJAS DE LA SORDOMUDA RECHAZADAS POR PAPÁ


¿Feliz día de la mujer? Todavía a sus 25 años de hija, y recientemente madre, Milena Crisóstomo carga el dolor y el trauma de no haber tenido la protección de papá, pero es difícil conocer todos los sufrimientos que pasó su madre, una sordomuda que no puede contarnos, pero su reciente discapacidad física delata lo duro que es la vida para ella. La hicieron parir dos hijas mujeres y tuvo que cargar ella sola con ellas.  


Tres mujeres que han cargado las consecuencias del abuso - Foto: Yonel Rosales

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Por Yonel Rosales

Abelia Amante Diego de 51 años, nació así, en Rumichaca una zona rural del distrito Chavín de Pariarca, provincia de Huamalíes Huánuco. Vino al mundo como muchos regalos especiales que Dios da a ciertas familias, pero una cosa es nacer con discapacidad en una familia de extrema pobreza y otra muy distinta en un hogar acomodado. A ese sacrificado esfuerzo de tener que correr por el camino de la vida en estas condiciones, dos machos violadores le sumaron más dificultades pesadas. Abelia, sola, sin la más mínima responsabilidad de quienes se dieron el gusto sexual, tuvo que afrontar la manutención de sus dos hijas hasta dañarse el cuerpo.

Cuenta Milena Crisostomo, la hija mayor, nació producto del primer abuso. En ese entonces, Abelia vivía con su madre y el esposo de ella, que vendría a ser el padrastro. Cuando un día la mamá se fue a pastar las ovejas, Teodoro la encerró en la casa y la violó. La abuela de Milena decidió separarse, pero Teodoro ya había embarazado a la joven sordomuda. Por aquellas fechas, madre e hija estaban en todas sus fuerzas y la criaron como pudieron. Pero nunca lograron suplir la necesidad de papá.

Abelia Amante vive en Rumichaca distrito Chavín de Pariarca donde fue víctima de violación en dos oportunidades - Foto: Yonel Rosales

Uno de sus momentos más dramáticos y humillantes lo vivió a los trece años cuando terminaba el sexto grado. En la escuela se negaban entregarle sus notas para matricularse a la secundaria. ¿La razón? Milena había existido como si no existiera para el registro civil, no tenía partida de nacimiento. En la municipalidad le exigieron el nombre de su papá para asentar el documento, entonces se armó de valor y nombro a quien decían que era, Teodoro. El mismo que muchas veces le negó. Pudo continuar sus estudios.

Siempre estuvo, ahí, la necesidad del cariño de papá. Como quien hace méritos para ganarse tan solo un abrazo, un mimo o “hija, mi niña” en la voz de su padre, acudió a socorrer a un furioso Teodoro, a quien le habían robado las gallinas. Milena vio a los autores. Creyó que esta ayuda le abriría las puertas de su corazón, pero ni las gracias le dieron. Solo algunos meses después, por casualidad, en el barrio Zuzun, se encontró al anhelado papá. El sujeto estaba ebrio, le agradeció por delatar a los ladrones y la reconoció como a su hija. Creyó, ¡por fin!, haber conseguido la indulgencia del progenitor, se equivocó, sería la única vez, por la borrachera. Todas las veces que le fue a decir papá solo encontraba rechazo, desprecio, porque su madre es una sordomuda. Una “upa”, como es que se les conoce en el campo a las personas con esta discapacidad.

La adolescente de 13 años lleva varios esperando la llamada del Hospital del Niño para una operación, ya que le dijeron que no hay cama - Foto: Yonel Rosales

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NO TENEMOS CAMA

Cuando Milena ya terminaba la escuela, su madre, la sordomuda sufriría otra violación. No obstante a su condición, Abelia tenía que ganarse la vida para alimentarse y sostener a su hija. Ayudaba a una familia en el pastoreo de ganados, hasta que el jefe del hogar, un tal Emilio la embarazó y continúa campante su vida como si la, ahora, adolescente de iniciales Y. A. D. (13) no existiese. Ni el sentimiento de culpa ni la piedad por su sangre hace que Emilio ayude a la sordomuda, con quien se dio el gusto sexual, ni a quien sería su hija. Todas las veces que le reclamaron, siempre culparon a la víctima, porque quién sabe con quiénes se habrá revolcado. “Ellos saben que él es el papá, pero no les importa ayudar a mi hermanita. No quieren saber nada, por eso es que mi hermana solo lleva los apellidos de mi mamá”, cuenta Melina.  

Lo penoso de este segundo embarazo, es que la niña nació con discapacidad en el pie. Con sus escasos recursos, antes de la pandemia, trató de que la operen. Finalmente consiguió el cupo en el Hospital del Niño, pero les dijeron “no tenemos cama”, le prometieron que les iban a llamar. Como nuestro Estado funciona así con los más pobres y las víctimas, llevan varios años esperando la llamada, de seguro no llegará.

Los sujetos que colmaron sus deseos sexuales nunca asumieron sus responsabilidades de padre, ella sola tuvo que sacrificarse hasta agravar su discapacidad - Foto: Yonel Rosales 

Mientras tanto, la sordomuda tiene que seguir bregando por esta última hija. Su sacrificado trabajo por sostener el hogar la llevó a destruirse. Abelia no cojeaba, caminaba con normalidad, ahora se desplaza como un fallido robot, al parecer sus piernas y brazos se fueron entumeciendo de tanto lavar ropa de la gente para conseguir alimentos. O quien sabe, como cree Melina, se quedó así porque los de la posta le aplicaron ampollas para evitar otros embarazos no deseados. Aunque sigan violándola.    

Si hace poco indignó la burla de unos cómicos sobre la masturbación de un sujeto con una adolescente muda en el bus, quizás deban estar tranquilos por la suerte que solo fue eso, porque hay otros dramas más terribles, naturalizados, para el que no existe Conadis ni ningún representante del Estado velando por estas víctimas. Tienen que sufrir con la carga impuesta por violadores, que se lavan las manos después de haber satisfecho sus ansias sexuales sin importar si esas piernas abiertas fueron las de una leprosa o de una sordomuda, pero admitir que la hicieron parir y asumir la manutención de sus hijas les ofende y lo niegan con desprecio, porque es una sordomuda.

Hacemos el llamado al programa Contigo para que apoye a esta persona con discapacidad y si alguna institución la apoya para la operación de la adolescente. Feliz día de la mujer

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