El presidente Pedro Castillo continúa dando pasos en falso. Sus errores políticos más temprano que tarde le harán perder el respaldo popular, que no fue gran cosa en su triunfo, pero que los amiguitos de la izquierda radical están creídos que fue arrollador. Deberían empezar, con urgencia, hacer uso de eso que ellos hacen alharaca, la dialéctica, para evaluar oportunamente el ejercicio del poder y lo que se le vendrá en los meses siguientes. La derecha no aceptó su derrota, ni le reconoció la victoria, aunque sea, para las cámaras. Así como ya es evidente tampoco le da tregua al gobierno principiante. Están preparando el terreno para destrozar a Castillo.
No enmendar sus errores y manejarse con cuidado le puede resultar muy caro - Foto: El Comercio
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MADRUGAR AMANECE MÁS TEMPRANO
Por Yonel Rosales
Lo más lamentable del terreno que abona la derecha, es que Castillo,
“cava su tumba”, por negligencia o “borrachito de poder”. Los discursos de su
primer ministro, Guido Bellido y del propio presidente, rotulan que todavía no
salieron del modo candidato, parecen que les resulta difícil salir del papel de
dirigentes revoltosos que demandan derechos. Esa postura no funcionará, porque
ahora son ellos los que tienen el poder para atender las demandas.
La derecha, con su poderosa
herramienta, los medios de comunicación, preparan terreno con el clásico “dale tiempo al tiempo”,
esperando el desgaste, para que finalmente su discurso sea defendida por las
mayorías, incluso por los propios votantes, quienes se le voltearán a
Castillo. Por ello, el partido gobernante debe ser excesivamente cauteloso con
los pasos que da. No hacen falta las zancadillas de la derecha, solitos se
tropiezan.
El primer gran error es haberse quedado marginados en el congreso, por
querer la presidencia, sí o sí, y no ser rápidos en su decisión de, qué
importa, ser el tercer miembro de la mesa directiva, se quedaron
sin nada. Error que ahora cierran con broche de oro, al darles comisiones sin
mayor relevancia, pese a ser la bancada más numerosa.
El segundo desatino es la
designación del gabinete Bellido. No me vengan con sus complejos de
inferioridad, la crítica a este gabinete no es porque sean provincianos. Ministros como el profesor Cadillo, Torres,
Carrasco o Maita, de Educación, Justicia, Interior y Agricultura, me
identifican, demuestran que hay buenos
profesionales de provincia, con una trayectoria destacada. Súmale a eso,
los errores escandalosos en las designaciones de funcionarios de rango medio.
Les regalan municiones a la derecha. Si en campaña decían que eran el cambio, ¡demuéstrenlo
pues…! Hagan de la función pública y la política, diferente. Cuando Bellido responde a un periodista, diciendo
que quién ganó las elecciones pone su gente en los cargos, aceptan ser más de
lo mismo, como el Apra o Fuerza Popular, solo que son de izquierda. El
partido político del cambio sigue las viejas prácticas.
Si bien quedó demostrado que la gran prensa no pone presidentes, sí que
los desgasta y hacen piñata hasta destrozarlos, les resulta más fácil cuando solitos
se conducen al despeñadero. Solo espérate un tantito Castillo.