La muerte de Rosalía Espinoza, madre de familia de ocho hijos, dando a luz a dos gemelas, ha conmocionado Llata. Esa pena colectiva no equipara el enorme dolor de los dos niños huérfanos llorando sobre el ataúd, y la falta de conciencia sobre la realidad de los otros tres menores que se quedaron sin mamá, despierta las penas guardadas y las que vendrán. Su esposo, Pedro García, con la modestia y tesón de un hombre de campo, no culpa a los médicos, como sí lo hacen las indignadas madres fisgonas, solo atina a decir, reaccionaron muy tarde.
Cinco menores de edad quedaron huérfanos producto de esta muerte materna en el Centro de Salud Llata - Foto: Yonel Rosales
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HUACAYBAMBA
Por
Yonel Rosales
Las gastadas lágrimas de los niños que lloran sobre el
brilloso féretro de Rosalía Espinoza Ostos (40), se confunden con las gotas de
agua bendita regadas en la misa póstuma de cuerpo presente en la iglesia de
Llata. Entre sobrinos e hijos de la víctima, las vocecillas
quejumbrosas se pierden en el amplio local casi vacío. “¿Por qué mamita?”, se
le oye decir a la niña, y la respuesta solo son gemidos de los otros huérfanos,
mientras que al niño de 6, pareciera no importarle nada cuando disfruta del wafer
recién obsequiado. Cinco hijos menores
de trece, doce, seis años y dos recién nacidos, de los ocho que tuvo, quedan en
la orfandad, luego que el fin de semana el parto de las dos gemelas en el
Centro de Salud de Llata se complicara y acabara con la vida de Rosalía.
Mientras los huérfanos conmueven con su temprano luto,
las dos gemelas recién nacidas, no comprenden nada de este mundo y duermen
plácidamente en las espaldas de la tía y en el regazo de su hermana que insiste
con el por qué mamita. Fue una “ruptura hepática” que la cegó, según los profesionales
de la salud que hicieron constar en el acta de defunción. Pocos, logran
comprender de qué se trata. El esposo, Pedro García Sánchez, cuenta, que los médicos le dijeron que la difunta tenía
una rotura en el hígado de aproximadamente dos centímetros. Ay “Pedro de lunes,
con la cabeza gacha y la mirada triste”, parafraseando a Nicola Di Bari.
Víctima acudió aparentemente sana al establecimiento de salud y sorpresivamente resultó muerta - Foto: Yonel Rosales |
Según
Pedro, que trabaja en la chacra, su
esposa acudía puntualmente a sus controles en el establecimiento de salud y no
comprende cómo es que no se haya detectado el riesgo que corría la víctima.
Reconoce, que hacía 20 días, la víctima,
no se alimentaba adecuadamente, “no retenía”, dice. Pero aparentemente, el
sábado, ingresó sana y caminando al centro de salud, para que el domingo se la
entregaran cadáver. Luego que le practicaran una cesárea, la condición de la
madre de familia se complicó, “a las cinco, siete de la tarde su cara se amarilló. El hígado, el hígado, recién se dieron cuenta”, afirma, por lo que dispusieron
llevarla a Huánuco, pero falleció cuando estaba cerca al hospital regional. “Se dieron cuenta muy tarde”, observa el
viudo.
Familiares adelantaron que sepultura de la madre de ocho hijo será en Huayo - Foto: Yonel Rosales |
Las muertes
maternas habían disminuido en la Red de Salud Huamalíes, a excepción de
Huacaybamba, que estaba en alerta por dos casos sucesivos. Sin embargo, este
último caso, pondrá las barbas en remojo de los profesionales de la salud.
Buscamos la versión del director del Centro de Salud de Llata, pero nos
informaron que había salido a una larga reunión en la Red. “Perder a tu mano derecha es fatal”, puntualizó Pedro García, con el
temple firme en estas horas difíciles, mientras correteaba preparando los
funerales, y alista las espaldas para cargar solo, con sus cinco huérfanos.
Las dos gemelas se llamaran Yesli y Yoshli, ante la palabra huérfanas, la voz del padre se quebró - Foto: Yonel Rosales |