Al menos seis delincuentes asesinaron
a exalumno de la Institución Educativa Maglorio Rafael Padilla Caqui, Enoc
Huanca, para robarle el dinero que había juntado entre sol y sudor, para ir
a estudiar en Senati. Mataron sus sueños, mataron a un inocente en su último
día de trabajo, cuando ya dormía su última noche en ese lugar. Tenía planes de
retornar a Puños, hecho un profesional, pero volvió exánime.
Hoy darán último adiós a víctima de la delincuencia - Foto: Yonel Rosales |
Por Yonel Rosales
Un coro melódico de evangélicos,
que relegó a los pocos católicos al frío patio de la casa de tapia, como si se tratara de una venganza armónica
contra la crueldad con que asesinaron a Enoc Huanca Pablo (23), irrumpe el
silencio de la noche, característico de esta parte de la ciudad de Puños, a
pocos metros del Centro de Salud. Sus alabanzas reivindican el nombre del
infortunado joven que yace en un lustroso cajón, descansando en paz entre las
sedas de su cómodo reducto. Decenas de reyentes a la cabeza de la hermana mayor,
con biblias en la mano, entonan, algunos como pueden, y otros sonoramente los
cánticos de despedida al hijo de Julia
Pablo, cuya casa recibe a los paisanos solidarios que acuden a lamentar la temprana
muerte. Mientras, aun, un despistado
papá, que no cree lo que sus ojos ven, oídos y todos los sentidos sienten,
Gregorio Huanca, contempla con entereza las últimas horas del adiós a su
hijo, con quien compartieron únicamente los dos, quién lo diría, sus últimos
años.
Familiares y evangélicos reunidos junto al cuerpo de Enoc - Foto: Yonel Rosales |
Víctima ya descansa en paz luego de sufrir el ataque los delincuentes - Foto; Yonel Rosales |
La noche del último miércoles 5, a eso de las 11:30 p.m. cuando Enoc y
Máximo dormían en la misma habitación, y al otro lado un compañero de trabajo
Elías Pérez, varias personas comenzaron a patear la puerta, tras
forcejear, ingresaron tres personas que le alumbraron directamente a los ojos
con sus potentes linternas, imposibilitando distinguirlos. Lo mismo sucedía en
la otra habitación de Elías. Con palabras soeces, los amenazaron y les
prohibieron mirarlos, exigiéndoles dónde tenían la plata, que atinadamente
entregaron todo. El finado, también hizo
lo mismo, rendido por la superioridad numérica y armas, no opuso resistencia,
no obstante a truncar sus sueños.
Puñosinos acudieron a dar su pésame y solidaridad con la familia - Foto: Yonel Rosales |
“Se me escapa la mano, se me escapa. ¡Sin saber agarrar arma para qué
agarras!”, recuerda que escuchó Macshi, y un disparo ensordecedor lo sumió.
Con la poca luz de la linterna, se percató que le cayó a Enoc. Inmediatamente el
testigo fue llevado a otro cuarto, en el que le amenazaron con matarlo si hacía
algo indebido, debía permanecer quieto
hasta que los malhechores se vayan pues se quedarían hasta las 5:00 a.m., y
efectivamente en las otras habitaciones continuaban rebuscando cuantas cosas de
valor, celulares, dinero, artefactos. Cuando aproximadamente pasó media hora y
todo estaba silencio, el compañero del exalumno del Maglorio Padilla, salió temeroso
y confirmó la tragedia, un balazo en la sien acabó con su vida. Fue en Elías, a
quien encontró maniatado.
Buscaron ayuda, a esa hora, pasada
las doce de la noche no había a quién pedir auxilio. Recién al amanecer se
apareció un camión, a cuyos ocupantes pidieron apoyo, dieron aviso a la
Policía, y de acuerdo a sus investigaciones, los delincuentes no habrían tenido intención de matar a Enoc, sino que se
les escapó el tiro, cegando la vida de un inocente, que hoy será sepultado en
el cementerio general de Puños, a donde trasladaron el cuerpo quien en vida ya
tenía todo listo para irse a Huánuco.
Familiares esperan que encuentren a los culpables del asesinato - Foto: Yonel Rosales |