El fujimorismo, a la cabeza del Apra, ha demostrado hasta el cansancio
para lo único que sirve: la defensa de sus intereses y promover los de sus
socios y/o contratantes. Llegar a esta conclusión no es ningún esfuerzo
académico. Lo sabíamos, pero una mayoría de peruanos votó como el padre del
hijo pródigo, perdonándolos sin que pidieran perdón por sus crímenes. Menos mal
no ganaron la presidencia, con su mayoría absoluta en el Congreso de la República
hubiesen hecho peores cosas. Resentidos con derrota obtenida, se empeñaron en
hacerle la vida cuadritos al país, todo por venganza. Ni los estate quieto de
la Fiscalía o los de Martín Vizcarra los amilanaron. Después que pase la
cuestión de confianza (CDC) que los tiene al borde del abismo, con el que se
busca disciplinarlos, ¿creen que todo será paz y amor?, no. Se pertrecharán
para el año de la venganza final.
Ahora sabremos cuán valientes son para afrontar la cuestión de confianza que no les gusta, ¡niéguenla pues! - Foto: Educared |
Más en un clic: CRISIS Y DEFENSA DE LOS CHICHARRONES
Por Yonel Rosales
Las reformas políticas, aunque enclenques,
son necesarias, a ver si mejoramos la clase de políticos y la política que
tenemos en el país. ¿Por qué? Para qué enumerar las sinvergüencerías del fujiaprismo y sus topos, si basta compararlos con
el sentimiento de cuando el ladrón nos roba algo valioso. Entonces, ante la impotencia, nos
conformamos con que la próxima vez seremos más precavidos para evitar otro
atraco. Las reformas tibias que propone Vizcarra son iguales, son medidas
para prevenir que sigamos siendo víctimas de los ladrones en la política, no es
seguro que lo evitaremos, pero vale el intento a cruzarnos las manos.
Juan de la Puente advertía en RPP
el sábado último, que esta reforma no tendrá mayor impacto en el congreso
aprofujimorista, es para el futuro, el 2021. No obstante se niegan a realizar
los pequeños cambios. Esto responde, aunque
ya no se reelegirán, porque confían que mediante sus socios o la reelección
cinco años después, pueden continuar delinquiendo. Sin embargo, con la CDC,
varios de los bravos congresistas van endosando los rabos entre las piernas.
Todavía protestan por los términos del pedido de confianza, fecha y no
modificatoria de la esencia de la reforma. Si
no les gustan los términos planteados por Vizcarra, por honor, dignidad y la
bravura que destellan deben negarla para mandarlos a sus casas. De
cualquier modo, hacen de todo para aprobarlo a regañadientes, negarlo será su derrotero.
Al momento solo dos bancadas de
izquierda, Frente Amplio y Nuevo Perú con 19 votos ambos, anunciaron que no le
darán la confianza al pedido de Vizcarra. No porque se opongan a las reformas,
ni porque solo ambicionen los grandes cambios, sino porque es imposible que
continuemos de tumbo en tumbo con los fujiapristas que se oponen a cualquier
significativo cambio que adecente la política. Están acostumbrados a convivir
con el hedor. Por ello, es razonable la
posición de Marco Arana y Veronika Mendoza, negar la CDC a fin de que una vez
por todas cerrar este congreso que nos ha demostrado para la único que sirve.
De no ser así, juntándose entre rotos y descocidos, la mayoría aprofujimorista
y sus apéndices como lo señaló a su propia bancada, el presidente de Acción
Popular Mesías Guevara, le darán la confianza a Vizcarra, pero el ejecutivo debe
prepararse para lo peor y los peruanos resignarnos a ser sus víctimas. Después que superen la CDC, si este congreso
no se cierra y el fujiaprismo y topos mantienen su mayoría, el último año de
gobierno cuando ya no se puede cerrar el congreso según establece la
Constitución, volverán por la venganza final, viviremos las de Caín a Abel.