Para todos los alcaldes. Luego de
varios intentos de censura contra la práctica del deporte en la plaza del
distrito de Puños, el alcalde Arturo Urbe, prohibió definitivamente jugar el vóley
en la plaza, en una actitud retrógrada, pues en la actualidad hay una
tendencia moderna de tomar las calles para la gente, que al parecer el edil ni
se enteró. Claro, como no vive en esta ciudad, prefiere tenerla en silencio,
triste y vacío.
Alcalde no quiere más alboroto frente a su despacho, |
Más en un clic: UN PERJUICIO SUPERIOR A LOS DOS MILLONES DE SOLES OCASIONÓ
GESTIÓN DE TELLO SEGÚN LA CONTRALORÍA
Por Yonel Rosales
El miércoles 19 por la tarde, el alcalde de la
Municipalidad Distrital de Puños, Arturo Urbe Sabrera, paró el juego de jóvenes
y madres de familia divirtiéndose de lo bien en la plaza de Puños cuando jugaban
vóley, como lo hacen desde tiempos remotos. Una de las jugadoras,
refirió que practica este deporte hace 40 años. “Claro, como usted no vive acá,
no sabe nada”, le espetó directamente a la autoridad, que como único argumento para
oponerse a la práctica del deporte, era que el reglamento dice esto, cual si estuviera
escrito en piedra, cuando las normas se adecúan a la realidad y la necesidad de
las personas.
Pero la
censura del alcalde Urbe y otras autoridades de diversas localidades de la
provincia son retrógradas, prácticas del viejo militarismo que la ley es la
ley, el cual se cumple de acuerdo a la conveniencia. En esta nota,
compartiremos solo dos ejemplos de la modernidad en la gestión municipal y de
estos tiempos. A ver si refrescamos esas mentes desfasadas. Las municipalidades de hoy promueven la
toma de las calles y espacios públicos por su gente, buscan que sus ciudadanos
estén contentos, practicando los deportes de su preferencia en calles y
avenidas de alto tránsito, para lo cual cierran los días domingos.
Acá una nota
de prensa de la Municipalidad de Lima y aquí otra de la Municipalidad de Magdalena del Mar, ambos, anunciado el cierre de la Av. Brasil, Av. Los
Fresnos, Av. Arequipa, etc, para que la gente practique deporte. “Será cerrada al tránsito de transporte
público, con la finalidad de promover el desarrollo de actividades deportivas y
recreativas.”, dice la nota. Ejemplos concretos de gestiones más amigables
con su gente. A esto añádase las enésimas notas periodísticas de mi parte a
este tipo de actividades, en ciudades como Pasco o Huánuco. Ahora, un tanto
restringidas con esta pandemia.
Otro punto importante.
Que los ciudadanos ocupen las calles para recrearse, practicar deporte, también
es una política de Estado, pues en algún
momento estuvo consignado como meta presupuestal del MEF.
Alguien
dirá, pero no estamos en la ciudad. Con
mayor razón en nuestras tierras, donde el comentario de todo foráneo al llegar
a un pueblo como Puños u otros lugares, es encontrarlo en silencio, triste,
vacío. Sin actividad. Un pueblo de fantasmas. La práctica del deporte en
las plazas, como el vóley, que no genera daños como podría suceder con el
fútbol, es un espectáculo para muchos vecinos que salen a solazarse y de paso
reencontrarse. En algún grado, también genera movimiento económico.
Pero todo indica, que el alcalde Arturo Urbe, acostumbrado a su Llata, donde el tránsito en sus calles es más continuo en comparación a Puños, impone sus disposiciones en base a la realidad donde vive. En Puños, así como en otros distritos, los vehículos pasan de vez en cuando, el tránsito peatonal no es fluido, se para el juego para dar pase y la diversión continúa y el viaje igual. El día del: “se acabó el recreo”, quisimos participar en su reunión de llamada de atención pero lo hizo a puertas cerradas. Para sorpresa, la regidora Rocío Padilla, que parece todavía no está enterada de su función de representación y más si es de la cuota joven, no era parte de la discusión, estaba en otros asuntos.
El alcalde
prohibiendo la práctica del deporte en la plaza, mientras no hace absolutamente
nada cuando los borrachos toman las calles, cuando les da la gana, se orinan en
la vía pública, faltan el respeto, etc. Actividad sí, prohibida por ley.