Pero vaya que debe estar pesando, pues
está rellenito. Hace algunas semanas, luego de la indignación que desató la
reciente revelación del video, en el que el
regidor de la Municipalidad de Huamalíes, Russel Martel, cuenta con desparpajo
que los cinco regidores reciben sus tres mil soles, un político muy cercano al
congresista Wily Bajonero, nos comentaba con decepción “Bajonero no tiene peso”,
en referencia a que este escandaloso hecho no tuvo ningún efecto contra los
implicados, Ketty Sánchez y su compinche Martel, ni sus socios, el alcalde
Ricardo Tello y los otros concejales, los cinco, pese a la incidencia del
parlamentario.
"Mucho ruido y pocas nueces" o nada en torno a Tello, como con la reciente nueva denuncia que presentó ante la Fiscalía de Llata - Foto: Yonel Rosales |
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GOZAN CON EL ALCALDE TELLO Y SUS CINCO REGIDORES
Por Yonel Rosales
A prácticamente un año de
parlamentario, y a ocho meses de que se le acabe el mandato, como que ya es
hora de ir sacando cuentas de la gestión del congresista Bajonero. Este balance
merece un análisis más complejo, que en esta columna todavía lo reservaremos.
Pero vamos por uno en particular, la
fiscalización a su traidor o traidores. A quién podría ser su talón de Aquiles
en las próximas elecciones regionales y municipales. Obviamente nos
referimos a la administración del alcalde Ricardo Tello Inocente y los cinco regidores.
Tello, hasta la fecha ha dejado la
mesa servida para todo propósito de hacerlo ilegítimo en su cargo. Lo hace
todas las veces, como riéndose de los llatinos con su cara cachacienta, haciéndole
pica a sus rivales de la campaña pasada, peor, como retándolo, ninguneándolo sin temor a Bajonero y no pasa nada.
Sigue ahí, fresco, de curtido a la curtiembre, sin emendar.
Según el exgerente Arturo Bajonero,
en esos días de inicio y felicidad, las
primeras chispas de choques y conocimientos de quién era quién, se inició por
la contratación de un vividor - tengo flojera de ubicarlo en mis archivos -
por hacer nada le iban a pagar cual si fuera un destacado profesional por
disposición de Tello, y como siempre, el alcalde optó por lavarse las manos.
Según los últimos documentos que nos llegaron, este vividor finalmente se salió
con la suya, pues consiguió un jugoso contrato por vigilar la sede de la
Unheval.
Conocerse en la cancha y el temor de la halitosis que sería el alcalde
para el futuro político de Wily, habría motivado el proceso de vacancia contra
Tello. Cuando ya se daba por hecho su desembarco, por unas
triquiñuelas se salvó en el Jurado Nacional de Elecciones. “El diablo está en
los detalles”, dice el dicho. A partir de ahí, el apadrinado de Bajonero, se
envalentonó. Como lo sabrá mejor el
congresista que está entre los vacadores de Martín Vizcarra, es más fácil
destituir a un presidente de la república que a un alcalde. A ese escándalo
de la contratación de su prima hermana en la municipalidad, que casi le costó
el cargo, le siguió la revelación de lo que todos sabemos y se hablaba a media
voz, la corrupción.
Los audios de la corrupción probaron cómo los supuestos fiscalizadores y
el ejecutivo están enfrascados en el robo. Esto sacudió la indignación
de los huamalianos pero no a los implicados, siguen frescos en sus andadas,
pero con mayor cuidado. En vez de adoptar alguna medida de disimulo, el titular
de la comuna y los cinco regidores optaron cubrirse las espaldas y usar la
mecedora. Después vendría la vergonzosa
contratación directa de un abogado sentenciado por corrupción, haciendo caso
omiso a las prohibiciones de contratar con el Estado, el acalde Ricardo Tello,
le pagó 34 mil soles a sus asesor personalísimo. Esta vez no pudo lavarse
las manos ni echar la culpa a un tercero, optó por el silencio. Hace poco, se
reveló otro video donde el regidor
Martel asegura que los cinco regidores reciben sus coimas de a tres mil soles y
el “docto” lo sabe. También optaron por cubrirse la espalda y sigue la
farra.
Todos estos antecedentes,
contrataciones por mantenimiento de carreteras, entre los más bochornosos, no
obstante a la magnitud, no han ocasionado ningún efecto de repliegue en el
bando de la corrupción. Tampoco han ayudado en las tentativas del congresista
Bajonero, de hacer “algo” con los sinvergüenzas. Decía hace tiempo, cuando él iba
asumir el cargo, sus poderes son
limitados, más aún con un poder en decadencia, le quedan pocos meses. Más allá de las voluntades, las decisiones de sancionar a los
responsables de latrocinios no es su potestad. Su fiscalización es
simplemente eso, es como la denuncia de esta modesta página a voz en cuello,
con la diferencia que el parlamentario, lo hará con estridentes parlantes. No
es que no tenga peso, son los límites de su función. No faltará alguno que va
confundir, ¿qué obras consiguió para Huamalíes?, tampoco le corresponde.
¿Hará algo más el congresista?,
todo puede concluir únicamente en más denuncias y denuncias en la Fiscalía, al
que ya nos está acostumbrando y que por ahí ya han empezado a tomarlo con sorna
por su falta de consecuencias. En alguna
ocasión llegó a decir que iba ser el primero en recovar a Ricardo Tello, si le hacía
quedar mal, antes que el honor y el éxito de Huamalíes parece que sus cálculos
políticos lo tiene dando vueltas al asunto. Por lo pronto, se anuncia por
las redes sociales, Rusvel Salazar
iniciará el proceso de revocatoria. Un exfuncionario del alcalde que no es de
fiar, ¿a qué cambalache llevará las firmas que le confíen?