El jueves 10, la palabra traición y las fotos con los supuestos traidores
de la huelga del Sutep, recorrió las redes sociales. Denuncia
pública, formulada y difundida por los propios docentes que se sentían traicionados
por el diálogo entre gallos y miedianoche, de algunos dirigentes regionales del
gremio magisterial y la Ministra de Educación Marilú Martens. Los
representantes de Cuzco, Pasco, Lambayeque, Lima y provincias se adelantaron a
vísperas de la cita con el presidente de la república Pedro Pablo Kuczynski
(PPK). Entre los poseros para la fotito, está Félix Cóndor Trinidad, por
decirlo, el sucesor, la mano derecha, entre la uña y la mugre si hablamos de los
gratos amigos; del entrañable exsecretario general de Pasco, Edgardo Escobar
Porras. Un radical en el buen sentido de la palabra, no en los términos del
fujiaprismo. Los echaron al mismo saco que dicen les da nauseas, el de los
traidores.
¿Horas de sacrificio para una fotito?, a izquierda de Martens el dirigente Cóndor - Foto: Canal N |
Por Yonel Rosales
La supuesta reunión traidora sí,
que fue sospechosa. Empero si enfocamos el trasfondo, quizás no sea del todo
cierto. Con un gobierno lobista, entreguista como de las últimas décadas, jamás
se encontrará la justa reivindicación que los maestros reclaman. Estos gobiernos
no tienen plata para salud, tiene poco para seguridad, y casi nada para
educación, en cambio sí, para el festín de los corruptos. Pese a que las arcas
dicen estar vacías, el gobierno de lujo con eminentes ministros y tecnócratas, se da el lujo de seguir exonerando impuestos
a las grandes empresas, mantener la presión tributaria en alrededor del 14%, la
más baja de la región, cuando el promedio es del 21% (José De Echave,
Hildebrandt en sus trece, N° 358). Ajusta a los más pobres con los impuestos indirectos
(IGV), y descuida interesadamente los directos, que deben pagar más los que
ganan más. Con esta política económica del gobierno, en la época de vacas
flacas, de huaycos y desastres. En el que
bien sabido es que es mejor mantener ignorantes al pueblo con una pésima
calidad educativa, las reivindicaciones serán enclenques, molestas postergaciones, decorativas
mecedoras y un caramelito para edulcorar tu amargo reclamo.
En este contexto, el pupilo de
Escobar, los otros que encabezan una justa lucha, firmaron con la ministra un acuerdo
que no es gran cosa, frente a lo que pudieron obtener unidos en la reunión en
palacio. No es culpa de Cóndor ni de los demás, es que no basta con huelgas por
salarios, se tiene apuntar por un cambio más amplio. Es falso que los profesores
son los peor pagados de este país, existen salarios más miserables para otros
profesionales del Estado que no están organizados. No tienen ni el derecho a
sindicalizarse, en teoría sí, pero al rato estás de patitas en la calle.
Cambiar esta condición, en solidaridad entre hermanos trabajadores, demanda de
una mirada más amplia.
Firmar un acuerdo a horas de una reunión con el mismísimo presidente, sin
consultar a las bases y anunciarlo a los cuatro vientos como la máxima de la
extensa huelga, da razón a una mayoría de una segura traición; más, si firmas
acuerdos con el payaso cuando estás a punto de negociar con el dueño del circo.
¿No es traicionar la sacrificada huelga? Por eso los movilizados les voltearon
la torta a sus dirigentes, endilgándoles lo que les dicen al CEN del Sutep, que
el propio Escobar, su amigo Cóndor y los otros firmantes señalan sulfúricamente
la paja en el ojo ajeno, en los de Patria Roja. Por oposición a los supuestos
traidores, la huelga continúa.
Si estos dirigentes, sin llegar a
un consenso con el resto de las regiones en protesta, decidieron abandonarla, dividiéndola,
debilitándola; no obstante a los grandes sacrificios, la pérdida de horas, las
muertes (volcadura de un ómnibus con docentes) y heridos, da la impresión que
algunos radicales solo lo promovieron para medir
fuerzas, una demostración de quién perdió y ganó a las bases. Los
dirigentes regionales demostraron que Patria Roja puede tener el cartel del
sindicato, pero la casa y sus ocupantes les pertenecen. Si este fue el fin, a los
extremistas no les importa los costos; cuando bien pueden librar la batalla de fuerzas
en otro espacio. Una errática dirigencia del CEN, en verdad consolida el mote de
traidores. Desde Villena, los pulpines patrioteros, los dinos de esa
organización, se la pasaron calificando de terroristas, senderistas, etc.,
usando los menosprecios del aprofujimorismo contra toda protesta; parecían la
oficina de comunicaciones del gobierno, cuando lo políticamente correcto era
unirse a la huelga, hacerla suya, aprovechar la desorganización y confusión de
liderazgos. La carencia de rumbo claro entre los dirigentes descabezados de las
regiones, que acuerdan, desacuerdan y se desconocen entre ellos, fue una ocasión
perdida.
Viendo la foto del amigo Cóndor, imaginándome
a su socio Escobar, que cuando los entrevistaba se secundaban, me pregunto, ¿el
objetivo era unas fotitos con PPK y la bonita Martens? o ¿conocer el palacio? Ojalá
la percepción cambie con lo que reste de la huelga. Si hay ingentes millones para que roben alcaldes, gobernadores,
empresarios, ministros, lobistas, etc. Hablamos de 20 mil millones al año según
la Contraloría, ¿cómo no puede haber para atender un justo pedido de las clases
trabajadoras? (Se viene el paro de la CGTP 25A) Mientras, los profesores no
huelguistas con quienes tengo una extensa reunión de trabajo de quince días,
coinciden que ambos extremos son traidores. Reina la desconfianza.