Aunque en muchas partes ya se pierde la práctica ancestral, en el distrito de Puños, continúa vigente
la organización comunal. El sábado 20, los miembros de la Comunidad Campesina,
faenaron para mucar (voltear la tierra con chaquitacllas) alrededor de 48 paradas de tierra, los del Barrio San Francisco se
lucieron al cumplir con su parte.
Práctica ancestral que sigue vigente en Puños - Foto: YR |
Por Yonel Rosales
Alrededor de 200 miembros de la
Comunidad Campesina de Puños, el sábado 20, se dieron cita en las tierras
comunales cercanas de la laguna Jirincocha, para cumplir con la faena comunal ancestral,
a más de dos horas de camino de la capital del distrito. Para el 2017, la cantidad tradicional de sembrío de papas, se elevó a
doce paradas por barrio, puesto que la junta directiva presidida por Norbil
Carhuapoma, llegó a un acuerdo con una institución para la compra y venta de papas.
Mujeres preparan alimentos para los faenantes - Foto: YR |
De los cuatro barrios que
normalmente se organizaban, Santa Rosa, San Francisco, San Juan y San Pedro; sorprendieron el reducido número, pero entusiastas
comuneros, del nuevo barrio de San Ignacio en la parte alta de la localidad,
que pertenecía a Santa Rosa. Los grupos de comuneros, tienen el encargo de cultivar doce paradas de tierra,
para el cual se inició con el volteado de tierras o mucar.
El almuerzo en los bordes del riachuelo de Jirincocha - Foto: YR |
De los comprometidos comuneros, el
barrio de San Francisco del que orgullosamente soy terminó con lo
establecida, el resto deberá completar su faena de acuerdo a sus avances. Con
trece pares, dos pateadores de la chaquitaclla y un rapancho (quien ordena las
champas con las manos), el barrio céntrico de Puños, sacó ventaja a los otros a
mitad del día. El almuerzo, una
deliciosa pachamanca de alpaca con mazamorra de tocosh, y la rendición de
cuentas retrasó la faena hasta ponerla en riesgo, debido a que una intensa
lluvia con granizada terminó por acelerar el trabajo y volver a casa desde la
puna.
Comuneros de regreso a casa luego de la faena - Foto: YR |
Los sacrificados esfuerzos de los
comuneros, de los pateadores que deben cargar con el peso de sus chaquitacllas
y abrir a fuerza la tierra, rapanchos, cultivadores, cocineras, paladoras
(recogedoras), etc. son compensados con riquísimos huayros, que ya están
listos, a la espera de la cosecha sembrada
en el 2016, que en el transcurso de estos días determinará la junta
directiva cuándo se sacan las olorosas papas de Jirin.
Una de las cocineras que trasladó alimentos con su jumento - Foto: YR |
Todos volviendo a casa a dos horas de camino aproximadamente - Foto: YR |