Luego del terror que le tuvimos al
Covid-19 por los miles de muertos, ahora ya le hemos tomado confianza. Se logró
controlar el mal por la cobertura de
vacunas del Estado y porque finalmente uno se acostumbra a convivir con ella. No
obstante a la tragedia que provocó en miles de familias, todavía hay personas
negacionistas que tratan de imponer su discurso hueco, menos mal, sin mucho
éxito. Sin ninguna evidencia más que sus dichos o los “dice, dice” en contra de
las vacunas. Quizás lo más penoso o
vergonzoso es que los mensajes son expuestos
por personas, aparentemente, de buen criterio y estudios, quienes en pleno auge
de las vacunas fueron los férreos opositores, en muchos casos, eficaces. Probablemente
en esta campaña política lo sigan haciendo de forma soterrada o abierta, pues algunos
son candidatos para alcaldías provinciales o distritales.
Los antivacunas ahora están buscando votos y adherentes - Composición: Yonel Rosales |
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Por Yonel Rosales
Esta página recibió información confiable y confirmada sobre dos
candidatos a alcalde a la Municipalidad de Huamalíes y a Puños. Dos organizaciones políticas, que supongo,
no se molestaron el solicitarles sus carnets de vacunación. Menos les
importaría la exposición de sus electores a que estos mismos anden propagando
sus bichos en cada reunión proselitista. Que estos caudillos sean antivacunas
son un aliciente para aquellos, todavía reticentes, a recibir sus dosis
completas contra el Covid-19. Nos dicen que hay más aspirantes en estas
condiciones, pero de dos conocemos con detalles.
El primero tuvo la osadía de solicitar a la jefa de inmunizaciones a que
simplemente le emitiera su carnet de vacunación sin aplicarle la vacuna. Con la
petulancia que le caracteriza hasta llegó a exigirle su registro en el sistema
de vacunas. Ante la negativa, la venganza fue intentar boicotear las campañas
de vacunación, aunque les negó apoyo al establecimiento de salud no logró su propósito.
No desaprovechó cuanta ocasión para
hacer uso de su cargo y abogó por todo cuanto antivacuna le iba a pedir su
apoyo, generalmente gente de la era del hielo o época medieval, coincidente a
sus ideas políticas. Sus intentos quedaron frustrados cuando finalmente el
Estado condicionó la exigencia de la vacuna para percibir ciertas subvenciones
económicas o ingresar a lugares públicos. “Los otros alcaldes nos apoyaban
siempre, este es el peor”, nos resumió la fuente. De ser electo alcalde provincial
tendría la misma actitud.
Pero en realidad la mayoría de los
antivacunas son unos convenidos. Por ejemplo, su discurso que las vacunas son
para matar gente terminan en el tacho cuando de por medio está un bono o algún
otro rédito. Por sus ideotas es probable
que caen en la dicotomía ¿vida o plata? Eligen la plata y se vacunan, toda su
prédica e incluso “sus principios” lo echan por la borda. Aunque es
probable que ya se hayan vacunado, también a este balance habrán llegado los
dos candidatos antivacunas, y eligieron la lucha por el poder antes que su
seguridad y la de sus seguidores. Están empeñados en la promoción de sus
marcas, pidiendo votos por el dedo medio a la provincia y por el pollino a
Puños. Salvo el poder el resto es ilusión.