Hasta los autodenominados
liberales, que supuestamente defienden el dinero bien ganado a costa del
esfuerzo propio, se quitaron la mascareta al defender la injusticia que se
comete con miles de afiliados al ONP. Los
descalificativos e insultos hacia los congresistas, que fueron contra viento y
marea, tapándose los oídos para no ceder a la chilla acostumbrada con el que
apabullan cualquier iniciativa que afecte los sagrados intereses de la élite y su gran
prensa, no cesan hasta hoy. Resumen toda la discusión a que tenemos un congreso
populista, término que, ahora, adopta nuevo significado menospreciativo. A ninguno de los llamados líderes de
opinión, técnicos o especialistas, con un mínimo de sentido de justicia, se le
ha ocurrido discutir el tema de fondo, el robo bajo ley a ciudadanos que no
llegan a los 20 años de aportes a la ONP.
Este congreso ha obligado a dar salida para los jubilados, que cada vez que se discute, se archiva disimuladamente - Foto: La República |
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Por Yonel Rosales
El congreso está hecho de errores,
que tire la primera piedra quien no. La ley que liberaba del pago de peajes a
favor de los camioneros es un craso error que costará millones de soles a los
bolsillos de los peruanos. No por eso los vamos a igualar con los disueltos del
fujiaprismo. Tienen muchísimos errores, pero en su intensión de responder a las
necesidades de las mayorías, tropieza. La
reciente aprobación de la ley para la devolución de aportes de la ONP, es una
atenta lectura de las afecciones que sufre el pueblo.
En los grandes medios de
comunicación, los periodistas, opinólogos, especialistas, tecnócratas de las
más prestigiosas universidades, lanzaron su aluvión de críticas, calificándola
de inconstitucional la ley en cuestión. Tratan de asustarnos con la quiebra de
las finanzas públicas. Esta andanada, genera sospechas sobre los intereses que
hay detrás. Sin embargo, ninguno de
estos especialistas, que todo lo saben, se detuvo a estudiar el penoso drama
que pasan miles de adultos mayores que pagaron menos de 20 años. Pues según
las normas implementadas por Fujimori, toda persona que no aportó como mínimo
20 años a la ONP, no tiene derecho a nada de nadita. Si un abuelito, va a
reclamar por algún centavo, digamos, luego de ser descontado quince años de su
sueldo, simplemente lo desalojan por no entender la constitucionalidad, por
oponerse a la ley. ¿Puede una ley estar
tallada en piedra para perpetuar una injusticia?, ¿cómo es que el abuso del
Estado contra los viejitos puede ser constitucional?
Aunque quizás haya fallas en el
planteamiento de la devolución de los aportes de la ONP, lo cierto es que no se
está pidiendo fondos al Estado, sino que se les devuelva el dinero incautado
con la promesa de una futura pensión. Además, es el Estado el responsable de
llevar a la quiebra el sistema de pensiones, si pudiéramos hacerles pagar, les
embargaríamos a los fujimoris o los Garcías. Aunque
los aportes hayan sido licuados para pagar las actuales pensiones de los
jubilados, es posible sacar cuenta, cuánto aportó cada quien. Según el MEF,
desde 1999 todo se tiene sistematizado. No puede ser que quienes no cumplieron los 20
años mínimos de aportes se tengan que joder. ¿Eso es justo? Este parlamento,
con su olfato de principiante, parece estar detectando los humores del pueblo. Con
esa terquedad, así como con la ley de devolución del 25% de la AFP, la presidencia de Manuel Merino, ya tuvo un
gran logro, poner en marcha un tema que se pasa caleta, y que cada vez que se
discute, se posterga con la promesa de una futura reforma a favor de los
aportantes del sistema privado y público, que nunca llega.
Recién ayer, cuando esta ley es
harto popular porque es un acto de justicia, difícil de oponerse, el presidente
Martín Vizcarra, anunció la reforma del sistema, con una promesa parche. Quienes tengan diez años de aporte a la
ONP, ¡por fin!, podrían acceder a una pensión. No obstante, aún no se
resolvería la injusticia de tu dinero retenido. ¿Qué pasa con aquel que solo
aportó un año o cinco años? Lo justo sería que se le devuelva, aunque sea,
sin interés. No es razonable que el Estado te incaute, parte de tu salario, y
si no cumples el requisito, simplemente no te devuelve ni un cobre. Cómo los, dizque, liberales, defensores del
dinero bien ganado pueden alegar que la incautación de un porcentaje de tu
sueldo, ya sin retorno, sea constitucional. No logro entenderlo. También alegaron que este no era el
momento para este tipo de leyes porque la pandemia tiene en vilo al país, ¿entonces cuándo debe ser oportuno discutir
este tema, si en las épocas de las vacas gordas ningunean el asunto? Por eso
me identifico, me siento representado con este congreso menospreciado, cuando
intenta revertir la injusticia como con esta ley. Tenemos que seguir
comentando, difundiendo para que el asunto no salga de vitrina y se empolve
hasta para cuando yo o Ud. esté en edad de jubilación.