Huánuco se asfixia por falta de oxígeno, los hospitales provisionales colapsaron, la gente clama por auxilio y la reacción o inacción del gobernador Juan Alvarado ha sido lamentable frente a la emergencia sanitaria por el nuevo coronavirus, que mata a decenas de conciudadanos. A cambio enfocarse a lo prioritario, prevenir para salvar vidas, Juanito, con todos sus anticuchos, chicharrones y virus a costas, se paseaba por las provincias de la región repartiendo laptops en busca de baños de popularidad. Eso era lo urgente para este gobernante.
La ineficiencia del gobierno de Juan Alvarado, que prefirió andar repartiendo laptops cuando debió prepararse para enfrentar el Covid-19 - Foto: GRH |
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Por Yonel Rosales
En RPP, donde Alvarado se despachó
horas antes con su curtida conchudez, los médicos especialistas, otras
autoridades y dirigentes, el mismo día, el jueves 23, y en los siguientes días,
lo desmintieron, cuando dijo que en Huánuco no pasaba nada, que todo anda de
maravilla y no falta oxígeno. Si no
fuera porque el cinismo del gobernador es de marca, habría sabido disculparse y
sumarse a los pedidos de congresistas y personalidades para que el gobierno de
Martín Vizcarra intervenga para soliviantar la penosa situación que se
vive. Claro, eso sería reconocer su incapacidad. ¿Qué le puede costar a un tipo
de la catadura de Juan Alvarado reconocer sus fallas en pos de salvar vidas?,
nada, pero prefiere pasar piola.
Sorprende nuestra dejadez, la falta
de previsión generalizada, desde las autoridades hasta el ciudadano cualquiera.
Hemos visto enésimas veces de cómo muere la gente en otros países, tirados en
las calles cual perros que un descorazonado mandó envenenar. Después vimos en
nuestra propia patria, en Iquitos, lo que podría sucedernos a todos. De esa
fecha ha pasado muchísimo tiempo, sin embargo, los ciudadanos mismos hemos sido
unos relajados con la cuarentena. Por un par de días fui a la capital
departamental, digamos que el aislamiento social no era rigurosa si no fuera
por las fuerzas del orden. Ahora pagamos sus consecuencias. En la huida, el virus está llegando a los
distritos más recónditos, con la cortesía de la Policía de Carreteras, que por poderosísimas
razones se hacen los desentendidos cuando pasan caminando los pasajeros por sus
narices, mientras el carro pasa el control sin sus viajeros. Cualquier tonto se
da cuenta de la triquiñuela.
Sin embargo, se supone que tenemos
líderes para prever. Instituciones especializadas, que bajo ese liderazgo
debieron anticiparse. No hubo previsión, ni a mediano ni corto plazo. Un monumento a esa carencia, son los dos
únicos hospitales que tiene el #departamento en etapa de construcción. Siete
años van renqueando los elefantes blancos. Mientras China construyó sus mega
hospitales para enfrentar el Covid-19 en diez días. Siete años atendiendo
al pueblo en unas improvisadas carpas, al que bautizaron como hospitales de
contingencia. ¿Los que metieron sus asquerosas uñas y se llenaron los
bolsillos, tendrán algún cargo de conciencia con estas muertes que ahora
enlutan nuestra tierra? Porque una obra que no se ejecuta en los plazos
establecidos y un poquito más de tiempo, solo puede tener la explicación de
robo.
Mientras la calamidad se venía, y
recién va a mitad con la reapertura económica iniciada en julio, ¿qué hacía
Juanito?, se iba en busca de aplausos con unas laptops mal invertidas (tema que
trataremos en otra columna). Aupado por los consejeros, casi en todas sus
presentaciones, como en Llata con Dilmer Céspedes. Para el gobernador, ni los consejeros, no había que pisar el acelerador
para destrabar la finalización de hospitales, no había que implementar una
planta de oxígeno, no había que exigir, supervisar el gasto del presupuesto del
Covid-19 a sus funcionarios contratados en concursos amañados a favor de
sus adláteres, pues según el MEF al día
hoy domingo, la ejecución presupuestaria solo tiene 31%, de los 27 millones
recién gastó 6 millones de soles. Juan
Alvarado, en vez de enfocar su amplísima experiencia a la previsión, que él
hacía gala en campaña, prefirió, hasta
los últimos días críticos, pasar piola, repartiendo laptops y de paso llevando
el virus de acá para allá, por algo será la disposición de inmovilidad. Quién
sabe, si se iba de licencia, después de dar positivo al nuevo coronavirus, el
vicegobernador, que desnuda sus sucias tramas, lo hubiera hecho mejor en estas
horas difíciles.