No pretendo defender el actuar de la
izquierda tras ver sus hechos en el gobierno de Castillo, su silencio y muchas
veces su laxitud frente a la gravedad de los actos, se trajeron abajo toda esa
prédica de la “reserva moral”. Hay que ser fanático cegado para
defender a cualquiera de los extremos de izquierda o derecha. Pero es preciso hacerle
frente a quienes tuercen la verdad, valiéndose de esos tremendos errores, para
tapar sus propias miserias en la derecha, que no sabe asimilar sus sucesivas
derrotas. Hace algunas semanas leí a Gonzalo Ramírez “Ganaron las mentiras”
en El Comercio, y pretendí dar este minúsculo argumento a sus conclusiones, que
gracias a una gran, mega campaña informativa de la izquierda la gente no
reconoce el golpe de estado del expresidente Pedro Castillo. No Gonzalo, decir
eso es persistir en lo torcido, sin una mínima autocrítica de la derecha.
Por Yonel Rosales
Para la conclusión: las mentiras
ganaron, Gonzalo se remite a la encuesta de Ipsos donde un 49% de la población
considera que Pedro Castillo fue víctima de un golpe por parte del congreso. Mientras
que solo el 46% reconoce que quien pretendió dar un golpe de estado es el
propio expresidente, entre los que se encuentra este bloguerito. Según
Ramírez, la izquierda a través de sus líderes, tanto la radical como la
progresista se encargó de esparcir mentiras sobre la caída de Castillo, por lo
cual una mayoría de la población considera que el pobre señor fue víctima.
Hay que recordarle al analista que
Castillo ganó a Keiko Fujimori en unos comicios, comparable al enclenque David
frente al fortachón Goliat. El pueblo, creyéndole digno al profesor rural,
venció a toda la maquinaria y poder empresarial y mediático que respaldaba a la
líder de una organización criminal de acuerdo a la tesis de la Fiscalía. Entonces
la derecha no supo perder, hasta la pataleta podría ser aceptable, pero
intentaron impedir que Castillo asuma el gobierno inventándose un fraude.
Tras fracasar con el cuento del fraude, en tiempo récord, ¿un mes? La derecha
solicitó la vacancia. La historia es conocida, no consiguieron los votos. Sin
embargo, tan pronto pudieron, volvieron con otro pedido de vacancia, tampoco vencieron.
Después de un rato, otra vez fueron por el tercer intento. Acá, el propio
Castillo decidió ponerse la soga al cuello y hacerle favor a la derecha,
dejándole la mesa servida, al fracasar en su golpe.
Entonces no fue una alucinante campaña de mentiras de la izquierda que logró un 49%, si no, fueron los actos berrinchosos y poderosos de la derecha y toda su maquinaria que poco a poco alimentaron, más que mentiras, alimentaron los sentimientos de odio y resentimiento. ¿Cómo una izquierda que no domina medios ni moviliza masas podría conseguir semejante resultado? Ya quisiera la izquierda tener ese gran poder. No reconocer que, así como Castillo le dejó la mesa servida a la derecha al dar su fallido golpe, la derecha trabajó con entusiasmo bruto para victimizar a Castillo, negar esos hechos es una pachotada a lo Gonzalete.
Última actualización: 13:11 24/05/23