En la huelga de los docentes hemos
escuchado, visto o leĆdo furibundos ataques de los periodistas de los grandes
medios contra los manifestantes, soterrados o insinuantes denostaciones.
TambiĆ©n solidaridad, adherencias crĆticas, pocas, pero son. Tengo una tĆa que
no es profesora y tiene hijas educadoras. Se queja del maltrato de los
periodistas a los docentes movilizados, especialmente de RPP, su radio favorita
porque no tiene otra alternativa. Ya les conté que me reunà con docentes no
huelguistas de distintas partes del paĆs por cuestiones laborales; tambiĆ©n
entre ellos, la recurrente es el trato
despectivo al profesor. Pero el periodista es miope con los errores del poder,
del ministerio, gobierno. ¿Por quĆ© ese trato diferenciado?
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Docentes en huelga en la plaza San MartĆn - Foto: Yonel Rosales |
SĆ, hay docentes vagos, ociosos,
improvisados, faltones, estÔn en el puesto porque no hay de otra. Asà como tenemos
policĆas coimeros, abogados estafadores, periodistas mermeleros, obreros
flojos, etc. Habemos de todo, no por eso los echamos a todos en el mismo saco.
No por unos docentes extremistas o excarcelados senderistas en la protesta se va
estigmatizarlos de terroristas, campaña de desinformación que inicialmente insistió
el gobierno y sus periodistas acólitos para deslegitimar la huelga. En el tramo final, como lo advertĆ, lograron
debilitar la protesta con el argumento, “docentes no quieren ser evaluados”. Los
periodistas juegan un papel importante en este escenario. Desde siempre atacan con
que los “malos profesores” no piensan en la educación de esos niƱos pobres,
malos docentes no piensan en los niƱos que pueden perder el aƱo. ¿Y cuĆ”ndo se
ponen del lado de los pobres profesores, que si no lloran no hay aumento de
mama?, ¿y cuĆ”ndo es el gobierno el malo que no se preocupa por la educación?
Desde el colegio recuerdo las protestas de maestros, mientras no salen a las
calles no los toman en cuenta. ¿Dónde estĆ” el progreso, el boom de la minerĆa
si no es para todos?, ¿a quĆ© pocos bolsillos
van a parar los ingentes recursos del crecimiento económico que nos repiten
tarde y maƱana?
¿QuĆ© lleva a los periodistas del
cuarto poder, de los medios de la concentración a tomar una actitud repulsiva
contra los manifestantes? “¡Sutep, Sutep, Sutep, clasista y combativo!”, es la
clĆ”sica arenga de los maestros. Creo que aquĆ yace la respuesta. Clasista, “actitud
de quien defiende las diferencias de clase y la discriminación por ese motivo”,
¿acaso los susodichos periodistas se
desprendieron del sentimiento de clase? Ustedes lo saben mejor que yo,
escuchar, ver, leer, impotentes las entrevistas o notas ofensivas. Una que recuerdo
bastante, es la de Milagros Leiva en RPP Tv a Pedro Castillo y otros. Se nota
el trato irascible, despótico, el diÔlogo con la chusma, me imaginaba a la doña
Clorinda y don Ramón, conteniendo el sopapo. Luego, ese mismo dĆa, Milagros
tuvo un diĆ”logo cortĆ©s con el titular del Mincetur, parecĆan competir guiƱos.
¡Enorme diferencia en el trato! No obstante, los dirigentes no son tan clasistas, se prestaron al juego del fujimorismo,
que teniendo una mayorĆa absoluta ni chicha ni limonada. SĆ, lograron
alargar la crisis de un gobierno maltrecho, que lo tiene bien merecido. No hay
otra explicación, ¿por quĆ© alargar la huelga para no conseguir mĆ”s de lo que ya
habĆa obtenido el CEN del SUTEP y el frustrado acuerdo del dirigente Castillo y
Martens? Jugaron a pared con el fujimorismo.
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Milagros Leiva, una de las furibundas atacantes de los maestros - Foto: RPP |
Casos de maltrato, no es la primera
vez que observo, presten atención. El trato es similar contra quienes piensan
distinto al sistema polĆtico que impera. Una entrevista con Verónika Mendoza,
Marco Arana u Ollanta Humala (antes de ser gobierno), es similar, la consigna de
estos periodistas es destrozarlos, descalificar su pensamiento, que no estĆ” mal,
si no fuera porque cambian cuando entrevistan
a Alan GarcĆa, Jorge del Castillo, o a la ministra Martens; esas entrevistas
son chƔcharas de comadres. Donde no fustigan los errores, delitos y
debilidades que a los docentes se les atribuye. ¿Recuerdan a algĆŗn periodista
de los grandes medios siendo iracundo, intolerante con los casos de corrupción
que le hacen mĆ”s daƱo al paĆs?, yo no recuerdo a Leiva molestĆ”ndose con Alan o
CastaƱeda pese a los indicios, pero sĆ, con Ollanta, solo por desencuentros
personales. Eso es clasismo de periodistas, se defienden entre ellos,
pertenecen a ese cĆrculo de poder, de pensamiento. Hay excepciones, claro. Se indignan y pontifican con los abusos en
Venezuela, mientras disimulan la violencia contra los docentes del PerĆŗ, para
ellos es normal y correcto la estupidez del gobierno de cerrar la plaza San
MartĆn y botar a patadas, bombazos a los docentes. ¿Y el artĆculo 2, inciso
12 de la Constitución, que supuestamente garantiza nuestro derecho a reunión en
las plazas? Naca.
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Reunión de los congresistas Karina Beteta y Guillermo Bocangel con docentes, el viernes 1, prometiéndoles la cabeza de la ministra de Educación - Foto: YR |
¿Y de quĆ© lado estamos los
periodistas de provincias? Obviamente con el pueblo, porque pertenecemos a esa
clase. No somos de la Ʃlite, que se
llena la boca, con su hipócrita preocupación por la educación pública, mientras
sus hijos estudian en colegios particulares de a mil dólares mensuales. Empero,
la solidaridad es con cambio y mejora. La evaluación es buena, lo repito, tiene
que ser para separar a los malos que no responden a las oportunidades dadas,
sino, no tiene sentido reiteradas evaluaciones. Claro, se tienen que replantear
el modo de evaluación, que parece sencilla si nos ceñimos solo a las seis
rúbricas vigentes, el resto de progresiva aplicación. También se debe reevaluar
el despido del docente desaprobado, quizƔs reubicarlo en secciones
administrativas. Llegar a consensos al respecto, es lo mƔs conveniente para
mejorar la educación del pueblo. No
obstante, con un dirigente como Castillo que no supo jugar en el mal diƔlogo,
no pueden llegar a buen puerto, tampoco serĆa posible con VelĆ”squez del CEN del
Sutep. De ambos bandos, del CEN y de los disidentes, ninguno da la talla. En cambio,
la situación serĆa otra con Jamer Villena o Edgardo Escobar, personajes
opuestos a quienes entrevistƩ y denotan liderazgos.