Si destacáramos la frase del 2019
en Huamalíes, sería “tú ganando yo ganando” de la regidora Ketty Sánchez,
en el año que ha sido el de la repetición de una historia ya conocida, cuando
los corruptos quedan calatos ante los ojos del pueblo. En el 2000 se develó la
gran corrupción fujimorista con el video Kouri Montensinos, a quienes,
literalmente, se les tuvo que sacar a patadas. En el 2019 los volvieron a sacar
con una disolución constitucional del congreso donde hacían todo en contra de
los intereses del país. Lo positivo de este quiebre, es que el proceso aún no
concluye. Por solo cumplir su deber, los fiscales Rafael Vela, Domingo Pérez y
el equipo Lavajato, jalaron la pita de la madeja para poner al descubierto una
larga trama de corrupción en los asuntos públicos del país. Políticos de alto
nivel, de baja monta, connotados empresarios a quienes no se les podría tocar
ni con el pétalo de la rosa, han ido desfilando y cantando las verdades a
riesgo de ser judicializados. El escenario nacional tuvo sus réplicas a nivel
local. En el Gobierno Regional de Huánuco, los ganadores de Acción Popular (AP),
ni bien posicionados del cargo fueron puestos al descubierto de sus
vergonzantes manejos en unos audios. En
Huamalíes, lo propio, el mismo partido ganador, conduce una gestión tiznada de
presuntos actos de corrupción. ¿Fue un año perdido o provechoso?, dependerá de
qué lado está.
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| La gran corrupción en los altos poderes del Estado quedó al descubierto, pero también tenemos lo nuestro en Huamalíes, quedando calatos ante el público |
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Por Yonel Rosales
¿Vale la pena hacer frente a la corrupción, si cada tanto vuelve a brotar
y con ella el desengaño de haber creído en el supuesto némesis de la
corrupción? Toledo fue eso, el presunto líder que metería a la cárcel a
los ladrones, pero resultó que mientras teníamos en escena lo que queríamos, él
hacía de las suyas con tremendas coimas de Odebrecht, lo poco que conocemos por
las investigaciones. Gracias al grupo de fiscales decididos las develaciones todavía
no tienen fin. El principal es el del
fujimorismo, además de los empresarios entregando millones de soles a Keiko
como si dieras una moneda al mendigo, está su pasado. Ya van
aproximadamente diez millones de dólares. No habría ningún problema con que los
empresarios den dinero, sino fuera porque vuelven por el vuelto, y el
gobernante de turno comprado, les da normas que les favorecen para seguir lucrando
fácilmente, por ejemplo, las exoneraciones tributarias.
El dilema está en que volvemos a
tropezar con la misma piedra. Ahora mismo, próximos a elegir al nuevo congreso,
las preferencias electorales están a favor de partidos políticos involucrados
en la trama corrupta del parlamento disuelto. Con AP, Fuerza Popular, Alianza
para el Progreso como los favoritos, no obstante a que recientemente los vimos
actuar en contra del país. No en vano
los de la pala, a la cabeza de Vitocho y el fujiaprismo se oponían a la firma
del convenio con Odebrecht para descubrir a nuestros ladrones. ¿Por qué insistimos en la repetición? Nos tenían advertidos sobre Juan Alvarado,
pero una mayoría lo respaldó, y nos pusieron como segunda alternativa, a Luis
Picón, peor o igual. Sobre Ricardo
Tello había una sombra no santa, la otra alternativa era Edgar Céspedes, socio
de Picón, de aureola compartida.
En Huamalíes, otra vez Acción
Popular, desde el saque. Vamos que el tiempo es corto y la ocasión no se
repite. Conocimos cómo la cúpula
ganadora está involucrada en asquerosos diálogos que claramente son signos de
robo a las arcas del pueblo huamaliano. Es lo poco que sabemos y de ahora
en adelante sabrán hacerla. Pero este año, también nos sirvió para conocer que
a los candidatos les unen los apetitos
personales, de otro modo no se explica la bronca interna entre partidarios,
unos en contra de su líder Wily Bajonero, otros a su favor. La pelea, con
el pedido de vacancia contra el alcalde, mantuvo en incertidumbre e
inestabilidad. Un año perdido. Asimismo, este periodo puso en evidencia la
gestión de Tello, que es pésima, y otra vez perdemos. En comprensible que las
variables de la vacancia no están a su merced, pero la designación de sus
funcionarios depende enteramente de él, con cinco o más gerentes en un solo
año, es tiempo perdido, en promedio cada uno de ellos estuvo dos meses y medio.
Volviendo a la pregunta, ¿vale la
pena hacerle frente a la corrupción?
Cuando los audios de la corrupción tanto de la región como de la provincia
quedan impunes judicial y políticamente, a veces digo que a qué nos metemos en
“lío ajeno”, aunque está claro que no es para nada ajeno el manejo de la
cosa pública. No obstante hay que persistir, a eso te alientan palabras como
las de Pepe Mujica, el expresidente uruguayo exageradamente modesto, cuando
hace unos días escuché su genial respuesta a una periodista mejicana. Que hay que elegir a dedicar parte de nuestra vida
a construir un mundo mejor. Denunciar la corrupción es tratar de evitar que
los escasos recursos del pueblo terminen en manos de ladrones que fungen de “gente
nueva” en política, que a la primera ocasión de llenarse los bolsillos
negocian: tú ganando yo ganando. Develarlos, es dejar calatos a los corruptos. No
obstante a que no hay sanción judicial o política, está la censura moral, el
rechazo social que generan sus actos. Desde ese lado vale la pena. Así también
se construye un mundo mejor. Por un próspero año nuevo, vaya que es próspero
para algunos, con los nuevos documentos mostraremos cómo se tiran la plata con
burdos cuentos. De seguro a más de uno indignará.
El video de Pepe Mujica lo pueden
ver aquí.
